Más de 40 comercios de la capital aragonesa se han interesado por los productor de la marca 'Huerta de Zaragoza', que están a la venta en sus establecimientos y que son producidos por una veintena de pequeños agricultores o explotaciones familiares.
Esta marca, impulsada por el área de Economía, Innovación y Empleo del Ayuntamiento de Zaragoza y la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG cuenta con su identificación desde el pasado 30 de marzo, que reconoce a los productos que han sido cultivados en la huerta de la ciudad.
Abarca tanto la zona de huerta tradicional de Zaragoza, que comprende los barrios rurales y hasta un radio de unos 50 kilómetros de la capital. La identificación comienza en origen en las pequeñas explotaciones hortícolas.
Surgida como un proyecto piloto la implantación en distintos establecimientos ha sido progresiva y de los trece que comercializaban estos productos a los quince días de crearse la marca ya se superan los 40, que se localizan por todos distritos de la ciudad.
El miembro de la ejecutiva de UAGA-COAG y responsable de este proyecto, Javier Fatás, ha explicado que todo lo que se consume es de temporada y de los productos de invierno como la borraja, acelga, coles y cardo, que además son los «productos estrella y más demandados», a partir de esta fecha comienza la cosecha de hortalizas de verano que «son muy demandadas por los consumidores» como el de tomate, pepino, pimiento y calabaza.
«El consumidor pide esos productos en los comercios, hay demanda y va a más», ha indicado Fatás al comentar que ofrecen la «garantía de cercanía y de sostenibilidad».
Diversificar
Sobre el perfil del consumidor que se decanta por la marca 'Huerta de Zaragoza', Fatás ha dicho que predominan los de mediana edad, entre los 40 y los 50 años y, en general es un tipo de público que «apuesta por un consumo de cercanía y sostenible y ven que lo tienen ahí cerca».
El paso siguiente es que los pequeños agricultores diversifiquen los cultivos porque hay productos «más abandonados al venir de otras zonas a mejores precios». «Hay que apostar por esos productos que se habían dejado de lado» como son el calabacín, la cebolla tierna algunas variedades de pimientos, lechugas y coles.
«La clave --ha subrayado-- es diversificar en lugar de especializarse» porque si el agricultor diversifica su producción favorecerá que haya más variedad en los puestos de los detallistas. «Es volver a lo que se hacia antaño en las explotaciones familiares».
Las peticiones de nuevos agricultores que se quieren sumar a esta marca es «constante», ha asegurado Javier Fatás, quien ha destacado el papel que también lleva a cabo la Asociación de Detallistas y la plataforma Huerta de Zaragoza.
Hay pequeños agricultores que se animan y ven en el sector primario una forma más de trabajar y de tener una rentabilidad. Fatás ha aclarado que estos productos «no tienen por que ser más caros, sino que la cadena es más corta porque se vende al detallista sin recurrir a grandes distribuidoras donde el producto pasa por más eslabones de la cadena, que es lo que encarece el producto».