La supervivencia de los museos en el futuro pasa por ser «proactivos» porque, «aunque es muy importante, solo conservando patrimonio igual no hay suficiente». Esta es la impresión de Joan Seguí, director del Museu Valencià d'Etnologia, L'ETNO, que ha sido reconocido como Museo Europeo del Año.
El centro valenciano, creado en 1982 por Joan Francesc Mira, va a celebrar coronado con este reconocimiento internacional el Día de los Museos, que se conmemora este jueves, 18 de mayo, en esta ocasión bajo el lema 'Sostenibilidad y bienestar'.
«El lema de este año es fantástico y demuestra que los profesionales de los museos quieren estar al día. Todos los museos estamos planteándonos la sostenibilidad tanto en las maneras de gestionar como en la forma de proponer discursos que hablen de esta cuestión. Por otro lado, el bienestar es fundamental y por eso creemos firmemente que los museos han de conservar, estudiar y difundir patrimonio, pero sobre todo han de ser proactivos en la utilización de ese patrimonio más allá de las propias salas», asegura Seguí en una entrevista concedida a Europa Press.
«La supervivencia de los museos en el futuro va a ser esa porque solo conservando patrimonio, que es muy importante, igual no hay suficiente y habrá que ser más proactivos para que el dinero que se nos aporte revierta en la sociedad», añade.
L'ETNO acaba de lograr el premio de Museo Europeo de 2023 que otorga el Foro Europeo de Museos. Los EMYA (European Museum of the
Year Award) son los más conocidos reconocimientos a la calidad de los
museos europeos, desde su primera edición en 1977.
El galardón ha sido avalado por el proyecto expositivo 'No es fácil ser valenciana/No es fácil ser valenciano', una apuesta que describe un diálogo entre lo global y lo local vinculado a la cultura tradicional y popular valenciana.
«Lo que los visitantes van a encontrar en nuestro museo son 1.500 metros lineales de cultura tradicional y popular valenciana. El patrimonio que gestionamos en L'ETNO es muy variado, ya que tiene piezas de carácter rural y urbano, pero la propuesta que hacemos es, a partir de esto, interpelar al visitante sobre cuestiones de hoy, no quedarnos en la parte descriptiva, sino proponer un análisis, una reflexión», explica el responsable de la institución cultural.
Inciden en que en que el equipo del museo valenciano «siempre ha tenido clara la combinación acertada entre lo local y lo global; hablar de cultura popular valenciana poniéndote unas gafas de ver que puedan ser más universales».
Viento a favor
En este sentido, cree que «el viento de los museos actuales sopla a favor de instituciones como L'ETNO, ya que no tenemos grandísimas colecciones que permitan que el visitante venga solo porque quiere ver una cosa determina, sino que lo que proponemos es una serie de acciones que ayudan a interpelar al visitante y son proactivas, siempre de participación».
Seguí cree que el espacio que dirige «ahí tiene más ventaja», puesto que sus fondos se surten de objetos cotidianos. «La gente los reconoce enseguida. Yo siempre digo un poco en broma que una de las frases más escuchadas en este museo es 'mi abuela tiene uno como este'. Por tanto, ese es un punto de partida muy positivo», asevera.
Además, el museo expande su acción y entra «muy decididamente» en cuestiones sociales e, incluso, de salud. Un ejemplo lo constituye los talleres en los que se trabaja con enfermos de Alzheimer aprovechando que posee colecciones «que la gente recuerda e identifica». «En este sentido, L'ETNO es un museo muy desinhibido a la hora de empezar nuevos caminos», sostiene.
Pero, además de invitar a los valencianos a cuestionarse y (re)conocerse en una exposición «no siempre bienpensante», el recorrido expositivo que se propone aspira a que la gente que viene de fuera y que no tienen conocimientos previos quiera aprender más sobre la cultura valenciana. «Eso sería un logro espectacular», subraya Joan Seguí.
Pese a que la institución valenciana dispone de un presupuesto alejado de museos suizos y alemanes que también eran finalistas en los EMYA, el director cree que L'ETNO «no puede quejarse» del apoyo que ha recibido históricamente de la Diputación de Valencia, institución de la que depende.
«Hemos tenido momentos más difíciles, otros mejores, pero se nos ha apoyado y se nos ha dado un presupuesto. Siempre se puede mejorar, pero ha sido suficiente para poder trabajar y por eso hemos llegado aquí», dice Seguí, quien lanza una reivindicación en el nombre de todas las instituciones culturales como L'ETNO: «Podemos ser un ejemplo de que, si hay un interés por parte de la clase política, de la clase gestora, y te ponen los mínimos medios, se puede llegar a sitios muy interesantes».
«Al final es el público, el ciudadano o la ciudadana, el que acaba ganando. Seguro que la gente se ha llevado alegría de que uno de sus museos sea considerado el Museo Europeo del Año por el trabajo bien hecho. Eso nos afecta a todos como sociedad», ha concluido.