Los arroceros sevillanos no podrán sembrar este año las 27.000 hectáreas disponibles por falta de agua, sabiendo que los 1.286 metros cúbicos por hectárea aprobados en la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que se celebró este pasado lunes, «no es compatible con el cultivo».
Esto sería el remate para un sector que lleva las dos últimas campañas sembrando el 50% y el 30%, respectivamente. No obstante, la CHG se ha comprometido a cambiar la dotación si antes del 15 de mayo, fecha de comienzo de la siembra, cambia la situación pluviométrica.
El presidente de la Cooperativa del Bajo Guadalquivir y de la comunidad de regantes de la sección segunda de Marismas, Álvaro Bravo, ha explicado a Europa Press TV que los cultivos tradicionales cuentan con unos 6.000 metros cúbicos por hectárea, «pero este año se han repartido 700 metros cúbicos por hectárea», esto significa, según ha explicado, que «se va a dejar de sembrar el 90% aproximadamente».
«En otro tipo de cultivo sí podrán aprovechar un poco, pero en el arroz, con tan poca dotación, se hace inviable», ha subrayado Bravo pisando una parcela que no se siembra desde 2021. «Ya son dos campañas que no hemos podido sembrar el cien por cien. Así ha venido y así lo asumiremos», dice con resignación ante una tierra agrietada por la falta de agua.
Frente a esta situación, los arroceros piden una plan de modernización integral que mejore y modernice la red de distribución, de manera que «se desperdicie menos agua», al mismo tiempo que han reprochado que las administraciones se acuerden de este problema «cuando ya está encima» y después de unos años «en los que se tenía que haber aprovechado».
En este sentido, Bravo ha recordado que los arroceros han avanzado «todo lo que han podido» y cuentan con un plan de modernización de sus regadíos, pero advierten de que «se necesita un plan de modernización integral y no solo del sector arrocero».
Bravo ha explicado que los agricultores buscan otras fincas que cuenten con pozos y mejores recursos hídricos, pero avisa de que esto «terminará llegando al plato» en referencia a los precios finales que pagará el consumidor. Por esto, ha instado a «empezar a trabajar para la próxima sequía porque está ya la tenemos encima».
Por último, ha indicado que, para esto, los agricultores tienen que ir de la mano de las administraciones. «Tendremos que sentarnos y, de verdad, empezar a analizar un plan de modernización» porque, a su juicio, «seguirán viniendo sequías».