Agentes de la Policía Nacional han detenido en Elche (Alicante) a seis personas, como presuntos integrantes de una organización criminal especializada en la comisión de estafas informáticas, por estafar 1,1 millones de euros contratando préstamos personales de manera fraudulenta.
La investigación se inició a raíz de dos denuncias recogidas en la Comisaría de Policía Nacional de Elche, en las que el responsable de una entidad bancaria indicó de que sus sistemas de seguridad informáticos habían sido hackeados por terceras personas y con ello se habían beneficiado de préstamos personales por valor de 950.000 euros, según ha informado el cuerpo policial en un comunicado.
La misma entidad financiera, al comprobar que se había concedido un préstamo de una cuantía tan elevada, activó sus alarmas y, tras comprobar que en estas transacciones había irregularidades, pusieron los hechos en conocimiento de la policía.
Agentes de la Policía Judicial de la Comisaría de Elche iniciaron una investigación sobre estos hechos y comprobaron que, a través de unos servidores informáticos externos, los autores supuestamente habrían abordado los sistemas de seguridad de la entidad bancaria. Una vez vulneradas todas las medidas de seguridad, presuntamente se garantizaban que el préstamo solicitado era concedido, por la cuantía que solicitaban.
Los investigadores descubrieron que presuntamente detrás de estos hechos estaba un grupo criminal «perfectamente estructurado y especializado en estafas» a través de internet, el cual operaba en el ámbito nacional.
La Policía ha indicado que la formar de operar de este grupo fue evolucionando con el paso del tiempo. En un inicio, supuestamente estafaban a través de conocidas plataformas de compraventa de artículos entre particulares, utilizando técnicas de ingeniería social para obtener las claves bancarias de las víctimas y vaciar así sus cuentas bancarias.
También presuntamente cometían actos delictivos mediante llamadas o mensajes maliciosos y, haciéndose pasar por servicios bancarios, conseguían obtener las claves de los estafados. Así, utilizando las identidades de los miembros del escalafón más bajo de la organización, supuestamente habrían creado un entramado de cuentas bancarias nacionales y extranjeras, inversiones en criptomonedas y monederos virtuales con los que moverían el dinero estafado.
El cabecilla de la organización era el autor intelectual de la estafa, que «permanecía en todo momento en el anonimato», supuestamente dando instrucciones de forma telemática a su cómplice, que era el segundo eslabón de la cadena criminal. Por su parte, este presuntamente se encargaba de aportar su infraestructura, coordinando y vigilando las operaciones de sus subordinados, conocidas en el argot policial como 'mulas'.
Las mulas supuestamente recibían las cuantías estafadas y aportaban sus identidades, a cambio de un 40 por ciento de beneficio de la cantidad estafada. Cuando los préstamos ya estaban concedidos y el dinero estaba ingresado en las cuentas bancarias propiedad de supuestas mulas, lo retiraban de manera fraccionada para no levantar sospechas, entregándoselo al supuesto intermediario de la trama.
Estafas a 52 personas
En el transcurso de la investigación, los actuantes averiguaron que al menos 52 personas habían sido víctimas de otras estafas por parte de este grupo criminal, que actuaba a nivel nacional. Su localización fue «muy difícil», ya que todos sus ilícitos eran realizados de manera online.
Los encargados del caso consiguieron identificar a los miembros de este grupo criminal y desplegaron varios dispositivos policiales simultáneos, en las localidades alicantinas de Aspe y Benidorm, lugares donde de se realizaron los arrestos de los investigados.
A continuación, los policías realizaron una entrada y registro en varios domicilios de los arrestados, donde se intervinieron gran cantidad de material informático, tarjetas de crédito y criptomonedas, así como diferente documentación que acreditaba la autoría por parte de los detenidos de los ilícitos.
A los seis detenidos, de edades comprendidas entre los 24 y los 32 años, se les imputan estafas por valor de 1.100.000 euros. La Policía descubrió que la organización criminal gestionaba más de 60 cuentas bancarias. Los arrestados fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia de la localidad de Elche.