El presidente de la Junta de Andalucía y del PP-A, Juanma Moreno, ha señalado este martes que, «humanamente», no se alegra «nunca» de que alguien tenga que «entrar en una cárcel», como está previsto que ocurra próximamente con uno de sus antecesores socialistas en el cargo, José Antonio Griñán, pero ha remarcado que «la ley hay que cumplirla», y la sentencia que condenó al también expresidente del PSOE por el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos está «ratificada» por el Tribunal Supremo.
Son reflexiones que ha trasladado el presidente de la Junta en una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, a propósito de la previsible entrada de Griñán en prisión tras ser condenado a seis años y dos días de cárcel y 15 años y dos días de inhabilitación especial por malversación y prevaricación continuadas en la conocida como 'pieza política' del caso de los ERE.
Al respecto, Moreno ha dicho que, «humanamente, no me alegro nunca de que nadie pase por entrar en una cárcel», porque en su etapa como secretario de Estado de Servicios Sociales, durante la etapa de gobierno de Mariano Rajoy, visitó «muchas cárceles», y sabe que «estar en la cárcel es de las cosas probablemente más duras por las que puede pasar un ser humano, por la privación de libertad» que supone, según ha abundado el presidente de la Junta antes de agregar que, teniendo en cuenta la edad que tiene Griñán, «menos» se alegra de que ingrese en prisión.
No obstante, a renglón seguido ha aseverado que «la ley hay que cumplirla», y no ha sido él «quien ha decidido» la condena a prisión de Griñán, sino «un equipo de magistrados» con una sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla que «se ha recurrido» y posteriormente «se ha ratificado» en el Tribunal Supremo.
Moreno ha añadido que lo que «nota en la calle es que la gente, al final, es consciente de que a Andalucía se le ha hecho mucho daño en el tema de los ERE», con «más de 600 millones de euros» que habrían sido defraudados, y con un «daño reputacional y en imagen» para la comunidad autónoma.
En esa línea, el presidente ha advertido del «impacto» que ha tenido el caso «durante décadas», y «el estigma de un gobierno corrupto, de una sociedad casi corrupta», y, finalmente, tiene la «sensación» de que el «ciudadano medio lo que quiere es que, si hay culpables, que cumplan» con las condenas.
Gobernar con mayoría absoluta
Por otro lado, Moreno ha reflexionado en esta entrevista sobre las diferencias que aprecia entre gobernar con mayoría absoluta, como puede hacer en Andalucía tras las elecciones del pasado 19 de junio, y gobernar sin ella, como le ocurría en la legislatura anterior, donde mantenía una coalición de gobierno con Ciudadanos, y en la que fue investido presidente gracias también al apoyo de Vox.
Moreno ha reconocido que «cambia mucho» entre una forma de gobernar y otra, porque cuando se carece de mayoría absoluta «tienes que dedicar muchas energías a acordar con tu socio de gobierno, y a acordar en el Parlamento», y en eso «se pierde mucho tiempo y energías, y a veces tienes que aceptar cosas con las que no estás acuerdo, o no del todo, y eso incomoda muchísimo».
Con todo, el presidente de la Junta ha dicho que ve «más difícil gobernar con mayoría absoluta que sin ella», porque él está «acostumbrado a negociar permanentemente», y ahora tiene que estar «permanentemente recordándole» a su gobierno que debe actuar «como si no tuviéramos mayoría, que tenemos que ser personas cercanas, tener presencia, intensidad en el trabajo, ser sensibles a cualquier posicionamiento, que tenemos que dialogar y no imponer, y todo eso cuesta», ha comentado.
En esa línea, Moreno ha defendido que «es importante hacer pedagogía, hablar las cosas, intentar llegar a acuerdos», aunque «otra cosa es que, cuando ya no se puede» alcanzar un consenso, «tienes la obligación de gobernar y un mandato» que ejercer, según ha zanjado.