Agustina Brines y José Ramón Tíller, exgerentes de la extinta Divalterra, han desligado los contratos de alta dirección en la empresa pública con la afiliación política: «Eran profesionales sobradamente preparados para los cargos. No hubo favoritismos», ha defendido Brines para negar que se enchufara a ninguna persona afín al PSPV o a Compromís.
Brines y Tíller se han pronunciado en términos similares en su declaración, en calidad de investigados, en el caso Alquería, relativo a siete contrataciones presuntamente irregulares de altos directivos en la empresa pública Divalterra. Ambos, que únicamente han respondido a sus letrados, se enfrentan a la pena de ocho años de prisión, tal y como les reclama Fiscalía Anticorrupción.
Brines ha explicado que cuando aterrizó en Divalterra la empresa era un «cráter» que se estaba destruyendo puesto que había salido a la luz el caso Taula. «Había un ambiente de desconfianza completo», ha descrito para añadir que «la situación era de excepcionalidad. No había un ambiente de organización ni una cultura de empresa».
Brines (por Compromís) ha señalado que en esa situación llegó a Divalterra junto al entonces gerente José Ramón Tíller (por el PSPV) y con el exjefe jurídico José Luis Vera. A partir de ahí fueron consolidando un equipo «para trabajar con una estructura y con los fundamentos de la empresa» ha dicho. «José Ramón, Vera y yo formamos un equipo piña, de confianza extrema», ha aseverado.
En septiembre de 2015 recibió un correo --para remitirlo a otra persona-- en el que se indicaba que se tenía que tratar el tema de los contratos de alta dirección. Se habló del asunto y se acordó hacerlos por la excepcionalidad de la empresa, «por la necesidad de poner las líneas en marcha y conocer la esencia de la empresa y tener a personas de confianza que dijeran lo que estaba pasando», ha explicado.
Tras ello, ha afirmado que les llegaron unos listados seleccionados por la Diputación con las personas a entrevistar para ocupar esos puestos de altos directivos en las diferentes áreas de Divalterra.
La acusada ha manifestado que las personas entrevistadas tenían unos currículums que demostraban que estaban «sobradamente preparados» para ocupar los cargos. «Tenían una buena formación», ha apostillado.
Preguntada por qué se decidió apostar por los contratos de alta dirección, Brines ha manifestado que no es algo que eligiera ella. «Lo decidió la empresa. Estábamos en un momento complicado y no teníamos claro si la empresa iba a continuar. Con esos contratos la indemnización era más baja y eran de libre designación, entre otras cosas», ha afirmado.
Cuando apostaron por estos contratos, ha indicado que «nadie» les dijo que fuera algo ilegal: «En absoluto. Si nos lo hubieran dicho, no se habrían hecho», ha aseverado, para agregar que estos directivos, pese a lo manifestado por Fiscalía, «sí trabajaban». «Estas personas entraron a formar parte de la estructura de la empresa y todos ellos fichaban», ha aseverado.
Para seleccionarlos, Brines ha manifestado que «en absoluto» era requisito o condición su afiliación política: «Yo no preguntaba por eso en las entrevistas», ha dicho, para asegurar que tampoco les conocía previamente.
Estos contratos no pasaron por el consejo de administración de Divalterra porque «nadie dijo que tuvieran que pasar por ahí. Nunca». En julio de 2017 se les requirió los contratos de alta dirección en la Conselleria y ella mandó todo porque «no tenía nada que esconder». Ahí fue cuando se enteró de que los mismos tenían que ratificarse en el consejo e hicieron los trámites pertinentes, ha expuesto.
Ha insistido, en este punto, en que José Luis Vera --también lo ha mantenido Tíller-- «nunca» puso reparo a estas contrataciones: «Si lo hubiera hecho, no se habrían hecho». «Estábamos allí para hacer las cosas bien. No había favoritismos y los contratos se hicieron escrupulosamente», ha aseverado.
No discriminar
En esta misma línea, Tíller ha indicado que cuando llegó a Divalterra como gerente se le dieron unas directrices y unos requerimientos para seguir adelante. «En cuanto al personal se nos dijo que no discrimináramos a nadie por razones ideológicas y que debíamos garantizar el buen trabajo», ha señalado.
Ha indicado que en la empresa había diferentes áreas, que obedecían a un pacto de la Diputación, y se decidió cubrirlas con contratos de alta dirección. «A partir de responsabilizarnos de las áreas, el equipo de Gobierno, por la situación de excepcionalidad por la que pasaba la empresa, nos pidió llenar de directores esas áreas y nos definió los criterios que debíamos seguir: personas con experiencia académica, profesionales en el área y de confianza», ha expuesto.
En ese momento también les comentaron que los sueldos de estos contratos iban a ser los mínimos y que esas personas contratadas, en caso de cesar los gerentes, debían tener claro que no continuarían en la plantilla profesional de la empresa.
Para seleccionar a las personas ha indicado que se le dio publicidad al proceso a través de las webs de la Diputación y de los medios de comunicación y que a él le llegaron currículums tanto de manera personal como a través del correo electrónico. Hizo una criba en base a criterios académicos y de formación, ha advertido.
«Nunca me negaron la propuesta que hice finalmente», ha afirmado, para asegurar que hasta ese momento nunca había visto los contratos de alta dirección y ha afirmado que fue Vera quien le habló de los mismos: «Me dijo que necesitábamos contratos menos gravosos para la empresa», ha reproducido.
De hecho, fue Vera --según su versión-- quien le explicó que se podía hacer hasta un máximo de 10 contrataciones de directivos, por lo que él estaba convencido de que «esto estaba bien», ha aseverado. En ese momento contaba con tres informes que avalaban las contrataciones: «No tenía ni un solo informe negativo. Estaba absolutamente convencido de que lo que estábamos haciendo era correcto. No ha habido nunca ninguna voluntad de ocultar absolutamente nada», ha puntualizado. Tíller presentó su dimisión en febrero de 2016 porque el trabajo que se le había encomendado ya estaba realizado, ha dicho.