Muro se vuelca, cada año, en las fiestas de Sant Antoni, una celebración de carácter popular que se ciñe a los cánones de la tradición y cuyo encanto radica, especialmente, en la reivindicación de sus raíces payesas y en el esplendor de unas Beneïdes en las que desfilan cientos de animales, rebaños enteros de ovejas, numerosos caballos con sus jinetes, carros, y vistosas carrozas de temática tradicional en las que los 'mureros' trabajan desde hace semanas.
Los Dimonis de sa Pedrera, la colla de diablos del pueblo, da vida con sus bailes y el correfoc a la velada de la víspera de Sant Antoni, el domingo, a la que este año se puede acudir con el servicio especial de tren + bus habilitado por el Govern. Sin embargo, y aunque los bailes de 'dimonis' y los 'foguerons' son un elemento común a las celebraciones de Sant Antoni en toda la Isla, la Revetla de Muro tiene de particular su apuesta por la música, con diversos conciertos que se celebran de manera simultánea en distintas plazas.
Este año, las orquestas Honey y Romantics sacarán a la pista de baile a los que se arrimen a la plaza de la Tercera Edad, mientras que la esplanada del Ajuntament está reservada para los bailes regionales; los amantes de la cultura popular tienen una cita con la Escola de Ximbomba y Germans Martorell en la Plaça dels Abeuradors; y mientras los jóvenes, a disfrutar de la Festa Jove con grupos juveniles y un Dj en la Plaça de Sant Martí.
Con una velada tan potente, no es de extrañar que en Muro, a diferencia de la gran mayoría de pueblos de la Part Forana mallorquina, las Beneïdes de Sant Antoni, el lunes, se celebren por la tarde, a partir de las tres y media. Hay que tener tiempo para engalanarse y preparar uno de los desfiles más vistosos de la Isla.