La cirugía laparoscópica (sin gran herida quirúrgica, mediante la introducción de instrumentos laparoscópicos en tubos delgados, finos y flexibles, a través de pequeños orificios) de la cabeza del páncreas cumple ya con todos los requisitos de alta calidad. En Juaneda Hospitales la desarrolla el equipo del Dr. Javier Mulet.
«En los últimos años —explica el Dr. Mulet—, mientras que la cirugía laparoscópica de la cola de páncreas se había convertido ya en el gold estándar de estas intervenciones, cuando se trataba de intervenir en la cabeza del páncreas estaba poco protocolizado, con muchas técnicas y variantes, todas derivadas de la cirugía abierta».
«Desde hace ya unos dos años, se ha protocolizado correctamente y este tipo de cirugía se hace con toda seguridad, hasta el punto que esperamos que en poco tiempo se convierta también en el gold estándar para esa zona del páncreas», añade, en alusión a procedimientos muy indicados en la lucha contra el cáncer.
La cirugía laparoscópica de la cabeza del páncreas «permite hoy cirugías seguras y excelentes, que sangran muy poco, con una buena visualización y con un control vascular mucho mejor. Hemos mudado completamente el abordaje quirúrgico, lo que hace que la pieza a extraer, el tumor, pueda salir completa».
La implementación de la cirugía laparoscópica de la cabeza del páncreas facilita que la recuperación del paciente sea la misma que en una intervención de colon por ese mismo procedimiento. En cinco o seis días el enfermo está capacitado para salir de la clínica, tal como explica el Dr. Mulet:
«El paciente prácticamente no atraviesa momentos de pérdida de movimiento; como la intervención ha sido mucho menos agresiva, el enfermo intervenido tiene mucho menos dolor postquirúrgico y por eso se puede movilizar antes. Al día siguiente de la operación el paciente ya comienza a moverse y a ingerir líquidos. Esta cirugía laparoscópica del páncreas —añade el Dr. Mulet, explicando las particularidades de estas intervenciones— parece que es más compleja que si fuera abierta, pero realmente el procedimiento es muy seguro, es muy válido y tan solo tenemos la barrera de la invasión oncológica de la vena porta».
«Actualmente, gracias a los avances, los radiólogos ya nos informan de si hay o no invasión de la vena porta y ya sabemos si se puede resecar este tumor o hay que hacer quimioterapia y ver cómo va evolucionando. En estos momentos, la cirugía de cabeza de páncreas se hace por vía laparoscópica», concluye a este respecto.
Por otra parte, el Dr. Javier Mulet, que es el responsable y coordinador del Servicio de Cirugía del Aparato Digestivo de Juaneda Hospitales, hace una reflexión por un efecto colateral de la pandemia, «una llegada muy elevada de enfermos que han venido a la consulta con una enfermedad oncológica localmente avanzada».
Estos casos, especialmente de cánceres de colon y recto, llegan en esos estadíos tan avanzados «a los mismos niveles de frecuencia que solo veíamos a finales del siglo pasado, nada menos que en el año 2000. No habíamos visto casos así desde hace 10 años, pero ahora mismo están volviendo, después de dos años de COVID».
Son enfermos con cánceres localmente avanzados, que necesitan colocación de catéteres uretrales, «que es algo que no hacíamos desde hacía mucho tiempo para operar a un enfermo de colon. También nos llegan casos de enfermos que tienen que hacerse quimioterapia antes de operarse, porque ya tienen metástasis…»
Ha habido un avance tremendo de enfermedad secundaria porque «se han dejado de hacer durante mucho tiempo las colonoscopias preventivas tras los controles de sangre en heces a través de los PACs y las farmacias y todos los cribajes que se han de hacer. Y eso está costando un precio muy elevado».