¿Cómo motiva a sus empleados?

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¿Cómo puedo hacer que un empleado «haga algo» que no estaba previsto realizar y que es importante «aquí y ahora» para la empresa? Y si esa persona me dice que no quiere hacerlo ¿Cómo podemos manejar la situación? ¿Precisamos un experto en comunicación cada vez que se plantee un problema como este? Probablemente no. Estamos probablemente ante un empleado con una motivación baja hacia la tarea. ¿Podemos motivarle con un incentivo económico? Puede ser que un sistema de incentivos monetario no funcione para motivar a los empleados. Deberemos atender a las necesidades de nuestro o nuestros interlocutores. Algunos gerentes o mandos intermedios igual piensan que para que una persona «haga algo», se debe ir detrás continuamente para vigilarlo e insistirle en que lo haga.

Podríamos utilizar un estilo de liderazgo autoritario, donde no resultaría elegante el uso de comunicación agresiva, «mando-ordeno», el cual contradice el concepto de benevolencia empresarial tan utilizado. Por el contrario, el jefe puede dejar de dar apoyo. Así se comenta: «me quito su apoyo», «me ignoro o evito», «el jefe no me cede la palabra», esto genera una erosión importante en la relación interpersonal y conlleva mucho sufrimiento. Si yo le digo, «haz esto para mí o para la institución (el hotel, la empresa, el banco, el hospital…)», y a cambio le doy una recompensa, un incentivo, más estatus, más reconocimiento, una promoción, una productividad, los quid pro quos que existen en la organización ¿Estaré así motivando a mis empleados? Algunos opinarán que sí, otros nos dirán no. Debemos buscar qué les motiva a ellos, diferentes premios e ir rotándolos. Cada persona debe buscar la forma de motivarse a sí misma. Igual la empresa no tiene que empujarlo hacia la motivación. La motivación intrínseca tiene varios elementos para tener en cuenta. Sabemos que los más motivados son los que más horas pasan en el trabajo, no menos. Sin embargo, no por ello son más productivos.

La espiral de los salarios no siempre motiva al empleado. El contar con «tiempo para uno mismo» es uno de los elementos más preciado. Hacia la empresa se plantean incluso reducir los días de trabajo a la semana. Mitigando así el cansancio y aumentando los niveles de motivación y productividad. Desarrollo de programas de recreación fuera del trabajo. El entrenamiento en relaciones humanas garantiza además contar con aptitudes y actitudes psicológicas para un liderazgo transformacional y democrático. Un elemento por impartir en la empresa es el entrenamiento en sensibilidad (Herzberg, 1968) empezando por un autoconocimiento del propio líder ¿se conoce usted a sí mismo, confía en sí mismo? ¿confía usted en los otros? ¿los otros valoran su trabajo, y lo que hace por ellos? ¿lo que hace por la empresa y por los empleados a su cargo?, incorporar planes de sugerencias y programas de participación grupal. Todo esto será esencial si queremos que la empresa funcione. Otro elemento fundamental en la empresa es la comunicación. Tanto la interna como la externa.

Para mejorar la motivación se empieza por la escucha activa y la observación, toma de decisiones compartida y participación en el trabajo. Elementos claves a nivel teórico y práctico «dales o muéstrales el panorama completo». La meta es proporcionar un sentido de logro más que un logro en su tarea. Este sentido de logro forma parte de un constructo a nivel cognitivo (lo que pienso que aporto y cómo me lo reconocen). Como líder, no escatime en refuerzos continuos e intente sobre todo aplicar la equidad y la justicia. Piense que las personas nos comparamos constantemente y vamos a observar si al otro/a se le ha dado más que a uno mismo. Intente ser equitativo y justo e incentive también con la palabra (refuerzo social), se sorprenderá del efecto de ese halago. No dude en preguntar y aclarar cualquier malentendido, pero sobre todo intente crear espacios y entornos amables donde se produzca el entendimiento mutuo.

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