Las principales compañías del sector turístico español hemos cerrado un año 2024 muy positivo, el tercero desde que el mundo cerrase el triste capítulo de la pandemia. Comenzó entonces una tendencia de intenso incremento de la demanda - denominada por muchos «furor viajero» y asimilado por otros con el efecto «botella de champán» al desbordarse la demanda contenida por meses de restricciones sanitarias - que ha llegado hasta el presente año 2025.
Según el Consejo Mundial de Turismo (WTTC), el Turismo mundial recuperó en 2024 un 98% de los niveles de actividad previos a la pandemia y el sector habría sobrepasado en +7,5% el registro histórico de ingresos logrado en 2019, alcanzando 11 billones de dólares más de facturación. La buena salud del Turismo también queda patente al confirmar que, en 17 de los últimos 25 años, el crecimiento de nuestro sector superó el crecimiento económico global (+4,3% anual frente +2,9%, respectivamente).
En el caso particular de España, el Turismo se volvió a posicionar en 2024 como el principal motor económico del país, al crecer el PIB turístico un 6,5%, más del doble que la media de sectores económicos, y siendo responsable del 26,1% del crecimiento del Producto Interior Bruto nacional. La mejor noticia fue la evolución de los ingresos, que superaron los 207.000 millones de euros (+6,5%). Concretamente en el caso de Balears, este incremento fue del 7,9%, presentando un mejor balance en ingresos por turismo que en afluencia o número de turistas. Fruto de ello, mientras la demanda internacional hacia nuestro país se incrementó en un 10% aproximadamente, el gasto medio de estos viajeros lo hizo en un 16,5%.
Además, nuestra industria no solo se confirma como un pilar de la economía, sino también del empleo, tanto en cantidad (con 72.000 nuevos empleos en el ejercicio 2024) como en calidad, ya que crecieron fundamentalmente los empleos indefinidos, tocando la temporalidad su mínimo histórico (7,8%), mejorando en un 5% el número de cotizantes y en un 4,8% la cotización media por ocupado en el sector.
En definitiva, estos y otros datos de los aportados por Exceltur en su último informe anual avalan que el Turismo sigue creciendo y, lo que es mejor, que mantiene un patrón de desarrollo muy positivo, para construir un modelo más rentable económicamente y también social y medioambientalmente. De hecho, en 2025, y a pesar del riesgo geopolítico y de las múltiples incertidumbres generadas, la visión general de la industria turística muestra una normalización del crecimiento, más moderado y más estable, donde el incremento de la demanda deja de ser una reacción coyuntural a una pandemia para convertirse en una tendencia estructural, originada en la prioridad que han cobrado los viajes y las experiencias en las decisiones de gasto de individuos y familias, por encima de otros bienes materiales primarios. Todo ello da lugar a un robusto crecimiento de la actividad y los ingresos, sustentado en la atenuación de las presiones inflacionista, y a una creación estable de empleo. En concreto, Oxford Economics estima un crecimiento anual consolidado de la industria de +3,6% hasta el año 2034.
Sin embargo, el papel del turismo es hoy cuestionado desde algunas instancias, atribuyéndole incluso la responsabilidad principal ante problemas sociales muy complejos que tienen en realidad, una etiología y alcance global, tales como el crecimiento de la población, los problemas de acceso a la vivienda, el descontrol por la conversión del parque residencial en alojamientos turísticos, el encarecimiento de los niveles de vida por la inflación, la sobrecarga de las infraestructuras debido a la presión humana, la banalización y pérdida de dinamismo del comercio de proximidad o la pérdida de identidad propia de los destinos.
Frente a estos reproches poco fundamentados, desde Exceltur acabamos de presentar SolyTUR 2025, el Monitor de Competitividad Turística responsable de los destinos de Sol y Playa, responsables del 64,1% del PIB turístico español (más de 133.000 millones de euros en 2024) que, además de recordar la relevancia de los destinos vacacionales del litoral para nuestro país, identifica los grandes retos y las claves del éxito para los 728 municipios turísticos de Sol y Playa, y analiza en profundidad la posición competitiva de los 20 municipios más relevantes de nuestras costas y archipiélagos.
Durante la presentación de este importante estudio recordamos a nuestras instituciones, una vez más, retos como la proliferación y crecimiento desbordante de las viviendas turísticas, que en 2024 crecieron en un 29,6% (sumando 206.000 nuevas plazas desde el año 2022), tensionando el necesario equilibrio entre la población residente y los turistas, y constituyendo el principal factor que impulsa la afluencia turística (en volumen, que no en calidad) a nuestros destinos, y que altera el mercado de la vivienda, al «retirar» del mercado residencial una porción creciente del parque inmobiliario.
Igualmente, recordamos a los asistentes algo tan evidente como que el incremento de la presión humana en los destinos no es única ni primordialmente consecuencia del Turismo, sino de la llegada de nueva población residente. Este hecho explica, según Exceltur, el 88,8% del aumento de la presión humana (+1,2 Millones de personas), mientras que el incremento de la afluencia de turistas explica únicamente el 11,2% restante (141.000 turistas más al día). A pesar de la tozudez de estos datos, desde Exceltur vemos con preocupación las cada vez más recurrentes y generalizadas propuestas de solución improvisadas de algunas administraciones públicas, tales como la subida de impuestos sin fundamento ni criterios de equidad, que pretendiendo responder a los retos sociales de los destinos, lo único que consiguen es restarnos competitividad, sin abordar la complejidad de los problemas subyacentes ni aspirar, consecuentemente, a un resultado eficaz.
Lejos de seguir dando «palos de ciego» o de buscar soluciones irreales, más o menos demagógicas, el Informe de SolyTUR refleja de manera rigurosa las cifras de la dinámica seguida por los destinos del litoral español desde 2019 hasta 2024, donde muchos de los hoteles de los 728 municipios que componen nuestra oferta de «sol y playa» han experimentado un profundo reposicionamiento de producto, aumentando en 60.000 las plazas de cuatro y cinco estrellas, sin incrementar apenas el total neto de plazas (con solo 3.000 plazas más cerramos 2024 respecto a 2019), lo que ha permitido mejorar un 37% los ingresos, con solo un 2,4% más de clientes.
Este modelo, basado en más y mejores servicios, sin incrementar capacidades, habría impulsado también la generación de un 14,4% más de empleo, con un 46,8% más de contratación indefinida, hasta alcanzar una tasa del 91% de estabilidad en los contratos, y afrontando en cada inversión en rehabilitación el deber de reducir nuestra huella ambiental. Un «círculo virtuoso» que se ha extendido por toda la cadena de empresas, tanto en el ámbito del transporte, como del ocio y la restauración.
Si ha quedado acreditado que solo la inversión transformadora es eficaz para generar un turismo de mayor aportación de valor a medio y largo plazo, que responda a la vez a los crecientes retos sociales, la opción de imponer al sector más impuestos y nuevas limitaciones poco reflexionadas y menos justificadas no es, ni debe ser nunca, presentada como una alternativa.
En conclusión, el sector turístico español ha demostrado una notable capacidad de recuperación y adaptación, y es indiscutiblemente un pilar fundamental de la economía nacional. Por muchos que sean los desafíos e inmerecidas las críticas, los datos avalan un crecimiento sostenido y una mejora en la calidad del empleo y los ingresos. Por ello, desde Exceltur reclamamos más que nunca la necesidad de recuperar el rigor en el diagnóstico, la profesionalidad en el diseño y aplicación de medidas, y el diálogo constructivo con las empresas. Solo así podremos asegurar un modelo turístico sostenible y competitivo que no solo siga impulsando la economía española y creando miles de empleos estables, sino también revitalizando las comunidades, impulsando la mejora de las infraestructuras y ayudando a preservar nuestro patrimonio histórico y diversidad cultural. En definitiva, a seguir siendo la principal fuente de prosperidad y bienestar para España en los años venideros.