Sustento de la economía balear

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La economía de nuestra comunidad está tejida de empresas familiares. Lo avalan los datos y también las historias de esfuerzo, tesón y compromiso que han demostrado y demuestran nuestras empresas en el fortalecimiento económico de las Islas. Llevamos en el ADN la cultura y el arraigo mediterráneo, tan unido al concepto de familia. No es casualidad, por tanto, que el 86,5 por ciento de las empresas del sector privado de las Islas sean familiares, lo que nos sitúa prácticamente en la media española, que alcanza el 88 por ciento. O que en términos de empleo las empresas familiares generen el 81,7 por ciento del total de puestos de trabajo del sector privado balear, por encima de la media nacional, que se sitúa en 66,7 puntos. Así pues, estos datos provocan que nuestro peso en la actividad económica sea del 77,5 por ciento del PIB del total del sector privado, según datos del Instituto de Empresa Familiar recogidos por la ABEF.

Los resultados nunca son fortuitos, son fruto del trabajo diario. Como dice el presidente de la Asociación Murciana de Empresa Familiar, José María Tortosa, «si algo define hoy a las empresas familiares es la fuerza de lo que compartimos, el propósito que nos une». Son palabras que también hacemos nuestras porque las sentimos como propias. Ese propósito no es otro que el compromiso firme con el desarrollo y el avance de nuestra comunidad. Los datos ofrecidos anteriormente son el ejemplo más claro del arraigo que tienen nuestras empresas en el conjunto de la sociedad de las Islas. Es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos.

A pesar de la buena salud de las empresas familiares en el conjunto de las Islas, no podemos permanecer ajenos a la realidad que nos rodea. En un mundo cambiante, actualmente nos enfrentamos a una serie de desafíos sin precedentes. En un contexto económico en constante cambio, marcado por la globalización, el cambio climático, la digitalización y la competitividad internacional, las empresas familiares se ven instadas a mantener una formación e innovación constante junto con la gestión del age management y la gestión multigeneracional de nuestros colaboradores. Estas demandas deben abordarse sin descuidar la vital tarea de preservar los valores y la cultura empresarial, así como conciliar la gestión familiar y profesional.

Estos retos ahora mencionados nos obligan innegablemente a una revisión constante de los procesos, pero las empresas familiares contamos con la fortaleza del arraigo familiar, lo que nos otorga una serie de valores diferenciadores. ¿Cuáles son estos valores? Estabilidad y confianza: la visión a largo plazo es un elemento intrínsecamente ligado a la empresa familiar, que propicia estabilidad en la gestión y genera confianza entre los stakeholders; prudencia y austeridad: son comportamientos característicos en las empresas familiares, derivados de una mayor conciencia del riesgo; compromiso, puesto que la empresa familiar está comprometida con las nuevas generaciones, el empleo, el territorio, la sostenibilidad, la sociedad y el Estado del Bienestar; y cultura emprendedora, porque detrás de cada empresa hay siempre un emprendedor, en cada generación que asume la gestión hay alguien impulsando la transformación y asumiendo riesgos por el bien común. Además de todo ello, las empresas familiares abogan claramente por la cultura del esfuerzo y la responsabilidad social.

La dimensión empresarial se muestra como uno de los principales factores de competitividad de una economía, teniendo relación e impacto directo en su capacidad para crecer, internacionalizarse, invertir en I+D+I, impulsar la formación, crear empleo y, en definitiva, ser más productiva y competitiva. Todo ello sin olvidar, por supuesto, el avance imparable de la tecnología y la Inteligencia Artificial, que nos obliga a estar en constante aprendizaje y adaptación a los nuevos tiempos. La IA en general y la IA generativa en particular suponen un gran reto y una oportunidad para todas las empresas y también, por supuesto, para las empresas familiares, y nos obligan a estar siempre a la vanguardia para saber afrontar cuestiones importantes como los sesgos a la hora de aplicar en nuestras corporaciones herramientas como, por ejemplo, el Chat GPT.

Todo ellos sin olvidar que las personas son y deben ser siempre el centro y la razón de ser de nuestras empresas, que toda compañía debe orbitar en torno a ellas porque son muestro principal valor y nuestra razón de ser. Por ello, invertir en capital humano es apostar por el individuo y generar una sociedad con mayor igualdad de oportunidades. Una formación adecuada estimula un desarrollo económico equilibrado, sostenible y más adaptado a las necesidades del mercado de trabajo. De manera paralela a estas cuestiones discurre el reto, siempre constante, de la sostenibilidad. En las empresas familiares de las Islas tenemos siempre muy presente el territorio al que pertenecemos y la singularidad de unas islas cuyo territorio es limitado. Son nuestro mayor tesoro y es nuestra obligación trabajar por su sostenibilidad. Se lo debemos a quienes nos han precedido y a quienes el día de mañana nos van a suceder. Al hilo de esta cuestión, planificar adecuadamente los procesos de sucesión generacional para garantizar la continuidad de la empresa y desarrollar programas orientados a la profesionalización de la compañía para garantizar su permanencia en el tiempo es uno de los grandes desafíos de la empresa familiar.

Todas estas cuestiones deben servir para un objetivo que, en el caso de la empresa familiar, es obvio: que las generaciones futuras quieran continuar con el legado empresarial, y es ahí donde debemos saber promover y fomentar la transmisión de la empresa familiar de una generación a otra, así como alimentar la cultura empresarial y emprendedora. La ABEF nació en 1999 con este propósito como bandera. Para ello impulsamos iniciativas de estudio y análisis de los retos a los que nos enfrentamos, como es el caso de la Cátedra Banca March de la Empresa Familiar de la Universitat de les Illes Balears, que trabaja con el conjunto de las cátedras repartidas por toda la geografía nacional coordinadas por el IEF a través de unos manuales teóricos y prácticos con el objetivo de territorializar los datos contando con una amplia casoteca. Tenemos una relación constante y fluida con el resto de las 18 Asociaciones Territoriales de empresa familiar con las que compartimos retos comunes, así como también con el Instituto de Empresa Familiar. De este modo, a través de la fuerza del trabajo en red, somos capaces de anticiparnos a muchos de los retos antes de que surjan y podemos prepararnos para afrontarlos de la manera más profesional y preparada posible. Hay empresas, familiares o no, que un día tuvieron que decir adiós y cerrar por falta de adaptación a los nuevos tiempos. Por ello es fundamente primero detectar y después revertir esos posibles problemas que puedan ir surgiendo en las organizaciones.

En esta línea sobre la importancia vital del relevo generacional para las empresas familiares, la creación del Fórum de la ABEF fue un hito importante para nosotros como asociación. El Fórum Familiar, que actualmente está integrado por más de 50 jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 40 años, nace de la inquietud de los empresarios familiares para que sus sucesores vayan adquiriendo una formación específica sobre los retos de la empresa familiar, con el fin de facilitar su continuidad y sensibilizarles acerca de la relevancia de su papel en el tránsito generacional. La unión hace la fuerza, dicen, y el Fórum representa la unión de todos aquellos jóvenes que un día tomarán las riendas de las compañías hoy dirigidas por sus padres, madres, tíos, abuelas,... Es por ello que la característica principal de la constitución del Fórum de Jóvenes de la Empresa Familiar de la ABEF es orientar y facilitar información a todos los jóvenes pertenecientes a las familias empresarias de Balears que puedan tener responsabilidades de gestión y/o de propiedad en las empresas pertenecientes a la asociación.

Los retos más difíciles acaban siendo los más agradecidos. En la empresa familiar sabemos que la escucha y el diálogo, así como la comprensión y respeto por el rol que desempeña cada miembro dentro de la empresa, son pilares fundamentales para la buena salud de nuestras empresas. Somos muy afortunados de pertenecer a la empresa familiar, nos enfrentamos siempre a grandes retos para seguir aportando a nuestro legado, a un proyecto común que discurre de manera conjunta entre lo empresarial y lo familiar. Es imposible delimitar dónde empieza uno y acaba el otro porque ambos son proyectos de vida indisolubles.

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