Las Balears han sido durante décadas un destino turístico de referencia a nivel internacional. Sin embargo, el modelo turístico tradicional y maduro que tenemos ha dejado una huella ambiental significativa, desde la sobreexplotación de recursos naturales hasta la contaminación derivada de la movilidad y las actividades recreativas. Hoy, frente a la urgencia climática y la transición energética en curso, Balears tiene la oportunidad de liderar el cambio hacia un turismo verdaderamente sostenible.
Navegación cero emisiones: un futuro sin combustibles fósiles
En mi opinión, uno de los sectores con mayor impacto ambiental en el turismo balear es la náutica. Los motores de combustión en embarcaciones recreativas generan emisiones de CO y contaminación acústica que afectan a la flora y fauna marina. La solución pasa por la expansión del uso de barcos eléctricos, híbridos e impulsados por hidrógeno. Empresas innovadoras en las islas y asociadas a la ANBE ya están desarrollando embarcaciones de propulsión sostenible, mientras que algunos puertos empiezan a adaptar sus infraestructuras para dar servicio a estas nuevas tecnologías. El desarrollo de estaciones de recarga eléctrica y la implementación de hidrogeneras específicas para la náutica son pasos clave para garantizar que la navegación en Balears sea un referente de sostenibilidad y descarbonización marina.
Movilidad sostenible: hidrógeno y electrificación del transporte
El transporte terrestre sigue siendo uno de los mayores generadores de emisiones en las islas. La hidrogenera de Lloseta, la primera de su tipo en España, es una infraestructura clave para acelerar la eliminación de los hidrocarburos fósiles en el transporte. Su potencial se extiende más allá del sector privado y debería impulsarse su uso en camiones, autobuses de línea, transporte de mercancías y flotas de alquiler. De hecho, el sector del rent a car debe recibir más incentivos para electrificar su parque automovilístico, asegurando que los turistas eligen y puedan desplazarse con una menor huella de carbono motivándoles a ello desde las empresas de alquiler. A nivel urbano, la progresiva electrificación del transporte público, junto con la apuesta por sistemas de movilidad compartida y la infraestructura de recarga en las ciudades y pueblos, hoteles y puntos estratégicos, contribuirá a un ecosistema turístico más limpio y eficiente.
Adaptación de infraestructuras turísticas: el camino hacia la transición energética
La descarbonización del turismo no solo pasa por el transporte, sino también por la transformación de las infraestructuras. Hoteles, puertos y ciudades deben incorporar fuentes de energía renovable, reducir el consumo de agua y energía, y apostar por la eficiencia en la gestión de residuos. Algunas cadenas hoteleras en Balears ya han iniciado este camino con la instalación de placas solares, sistemas eléctricos generados por aerotermia y/o hidrogeno como Iberostar y sistemas de eficiencia energética, pero el proceso debe acelerarse para garantizar que el sector turístico sea compatible con los objetivos climáticos europeos. Los puertos deportivos también juegan un papel clave en esta transición. La electrificación de amarres, la instalación de puntos de recarga para barcos eléctricos e híbridos, y la promoción de combustibles alternativos permitirán reducir la contaminación en las zonas costeras y mejorar la experiencia turística sin comprometer el entorno natural como la navegación a la isla de Cabrera que en mi opinión debería aceptar solo embarcaciones sostenibles en su lámina de agua del parque natural para preservar de verdad sus aguas.
Balears como modelo de regeneración turística
El turismo masivo ha generado un impacto irreversible en nuestro destino que, con el tiempo, ha visto degradado su patrimonio natural y cultural. Sin embargo, Baleares tiene la oportunidad de convertirse en un referente de turismo regenerativo, un modelo en el que no solo se minimicen los impactos negativos, sino que se trabaje activamente en la recuperación del entorno, pero no solo con palabras sino con hechos y estrategia marcada. La combinación de movilidad sostenible, energías renovables y actividades recreativas de bajo impacto puede convertir a las islas en un caso de éxito para otros destinos de turismo maduro que buscan reinventarse. Apostar por la descarbonización no solo es una necesidad ambiental, sino una oportunidad económica para atraer a un visitante más consciente y comprometido con la sostenibilidad de nuestras tierras. Balears puede y debe liderar esta transición. El momento de actuar es ahora.