Muchas son las imágenes que ha dejado Rafael Nadal a lo largo de su trayectoria deportiva. Pero también fuera de las pistas, donde ha mostrado otras facetas más allá de las de un deportista de referencia y una estrella del tenis mundial. Sin duda, una de las que más huella dejó fue la que protagonizó hace justo seis años, en octubre de 2018, tras la 'torrentada' que afectó al Llevant de Mallorca, pero especialmente a la localidad de Sant Llorenç des Cardassar.
En la población vecina a su Manacor natal, Nadal tenía vinculaciones personales y amistades que hicieron que el 22 veces ganador del torneos del Grand Slam se pusiera el mono de trabajo, las botas y cogiera el cepillo para ayudar a limpiar el desastre en forma de agua y barro que definía el paisaje de las calles de Sant Llorenç horas después del fenómeno meteorológico.
La fotografía captada por Jordi Cotrina dio la vuelta al mundo y le hizo ganarse para siempre el cariño, respeto y admiración de los vecinos de Sant Llorenç, pero también de muchos aficionados o no al deporte y al tenis. A su aportación personal se sumó una económica para ayudar a los afectados, dejando así patente su compromiso con la gente del pueblo vecino.
Por ello, el Ajuntament de Sant Llorenç le nombró Hijo Adoptivo, además de dedicarle una calle (con el nombre de Rafel Nadal Parera), de la misma manera que se hizo con todos los voluntarios (Plaça Solidaritat), que llegaron desde todos los rincones de Mallorca, donde sin quererlo Nadal se convirtió en protagonista sin quererlo.