'Overbooking' en el vestuario del Mallorca

Tras los fichajes de Pablo Torre y Bergström la plantilla de Jagoba Arrasate asciende a 28 futbolistas, lo que obliga al club a activar cuanto antes la 'operación salida'

Imagen de uno de los entrenamientos de pretemporada del Mallorca en Son Bibiloni

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El Mallorca ha reventado la puerta de entrada a Son Moix pero mantiene tapiada con cemento la de salida. La dirección deportiva del club balear, embarcada en el mercado más exigente desde que llegó al club, hace ahora cinco años, ha firmado en lo que va de verano dos incorporaciones (Pablo Torre y Lucas Bergström) y cuatro ampliaciones de contrato (Mateu Jaume Morey, Pichu Cuéllar, Vedat Muriqi y Leo Román). Nada extraño en estos tiempo si no fuera porque el equipo ha mantenido toda la estructura del curso anterior y actualmente tiene a 28 futbolistas en nómina. Una cifra insoportable en condiciones normales que ahora, además, tapona la llegada de los fichajes que hacen falta para cubrir las necesidades reales del plantel y tapar todas esas grietas que reveló en la segunda mitad del ejercicio anterior.

Poco ha cambiado en el álbum de cromos del Mallorca, que tiene un mes por delante para preparar su explosivo inicio de campeonato y seis semanas para maniobrar en los callejones del mercado. Los tres únicos jugadores que han causado baja en el salto de un curso a otro (Robert Navarro, Valery y Chiquinho) han sido sustituidos por los tres que regresan tras sus cesiones (Van der Heyden, Javi Llabrés y Daniel Luna) y a todos ellos hay que sumar también a los canteranos Marc Domenech y Jan Salas, que entran en dinámica del primer equipo tras el salto de la temporada pasada y el descenso a Tercera RFEF del filial. De toda esa plantilla interminable el único jugador que falta estos días en Son Bibiloni es Cyle Larin, que ha jugado con Canadá la Copa Oro y no se reincorporará hasta el día 25. A no ser que su situación quede resuelta antes.

El delantero es uno de que llevan más tiempo en la rampa de salida, pero sacarlo de ahí no será fácil. Lo mismo sucede con Pablo Maffeo o con José Manuel Copete. Sin embargo, el atasco más incómodo es el de la portería. El club, que ha optado por mantener a Cuéllar como tercer elemento y ha fichado a otro guardameta con proyección como Bergström, parece haber definido su apuesta por el titular con la extensa renovación de Leo Román. Y ahora, una vez cerrada la continuidad del ibicenco hasta 2030, debe encontrarle un destino apetecible a Dominik Greif antes de que salgan perdiendo las dos partes, el club y el eslovaco.

El Mallorca necesita extremos, mejoras en ataque y cambiar algunas piezas por otras si quiere ahorrarse viejas recaídas, pero hasta que no solucione el overbooking que tiene en el vestuario va a ser imposible.