Veinte días después de que se apagaran los focos de la Liga, el mercado de fichajes sigue funcionando al ralentí. Salvo contadas excepciones, que tienen que ver sobre todo con el Mundial de Clubes que arrancaba este fin de semana en Estados Unidos, no se han registrado de movimientos de gran calado entre los equipos de Primera División. Una situación que podría desbloquearse con un simple cambio de piezas.
Uno de ellos se ha confirmado este lunes y puede arrastar a otros clubes, entre los que se encuentra el Mallorca. El Espanyol recibía la notificación por parte de LaLiga del abono de la cláusula de rescisión del portero Joan García, según informaba Rastar, empresa propietaria del 99,6 por ciento del club perico, a sus accionistas. Esa maniobra, que lleva gestándose varia semanas, va a privar a los blanquiazules de uno de sus grandes activos y deja huérfana una portería que ha sido una de las más seguras del campeonato. A cambio, recibe el pago de 26,3415 millones que le dejan un beneficio neto de 18,75 millones de euros para acudir al mercado en busca de un relevo.
Ahí es donde entra el Mallorca. Uno de los nombres que han sonado con más fuerza para sustituir a Joan García es el de Leo Román. El portero bermellón, que ya ha manifestado públicamente que no está a gusto con la situación que le ha tocado vivir en esta última temporada, es una de las piezas más atractivas que hay ahora mismo en el vestuario. Además de su juventud (en unas semanas cumplirá 25 años), ha dejado actuaciones brillantes en los ocho partidos oficiales en los que le ha tocado intervenir, por lo que no le faltarán ofertas en el caso de una posible salida que, por otra parte, parece obligada.
El problema para el Mallorca con Leo, además de su malestar, es que solo tiene un año más de contrato (hasta 2026). O lo que es lo mismo: si el club no le traspasa este verano corre el riesgo de que se vaya el año que viene sin dejar un solo euro en las arcas. La otra opción es renovarlo, pero ahí la entidad tiene que elegir entre el ibicenco y Dominik Greif. Y aunque con el eslovaco la situación es muy parecida a la de Román, el director de Fútbol, Pablo Ortells, ya estuvo a principios de la semana pasada en Eslovaquia para reunirse con sus agentes y tratar de acercar posturas ante una posible ampliación de contrato, por lo que la elección de la entidad parece clara. De momento, eso sí, todo sigue en el aire.
Si el Espanyol quiere a Leo Román como sustituto de Joan García deberá pasar por caja, aunque ni mucho menos llegará a la cláusula del portero balear, algo superior a los diez millones de euros. Además, el mercado también le ofrece otras alternativas mucho más económicas. La de Marko Dmitrovic, sin ir más lejos. El serbio ha quedado libre tras el descenso del Leganés y es un viejo conocido del director deportivo del Espanyol, Fran Garagarza, que ya lo fichó en su día para el Eibar.
Otra portería con algún hueco libre y con la que también se ha relacionado a Leo Román es la del Celta. El club vigués, que prepara su regreso a Europa, ya ha dado un paso al frente para sustituir a Vicente Guaita con el fichaje, a coste cero, del rumano Andrei Radu, aunque tampoco se descarta que sume una nueva pieza a la posición. En cualquier caso, parece complicado que vaya a hacer un desembolso como el que exigiría la contratación del prometedor cancerbero del Mallorca.
Leo Román tiene también la posibilidad de optar por una salida al extranjero, una alternativa que seguramente irá ganando fuerza con el paso del verano. Siempre y cuando el Mallorca resuelva el blindaje de Greif, ya que si no es así no podría permitirse el lujo de perder también al ibicenco.
El mercado, al menos en clave rojinegra, permanece congelado. Y el vestuario del Mallorca, que está a menos de un mes de volver a los entrenamientos, necesita muchos cambios.