El Real Mallorca ha regresado al trabajo con el punto de mira puesto en el encuentro que disputará el próximo día 3 de enero en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. Tras la semana de vacaciones navideñas, los hombres de Javier Aguirre han vuelto a tener contacto con el césped y entrado en la dinámica de entrenamientos que les llevará a volver a empezar una vez más esta temporada después de un nuevo parón.
Tras el último triunfo ante Osasuna (3-2) el alto para disfrutar de unos días libres has venido muy bien entre otras cosas porque el triunfo permitió a los rojillos armar un poco más el colchón de puntos que les distancia con el vagón de cola. No es ni mucho menos una diferencia abismal ya que se trata solo de cinco puntos, pero desde el punto de vista anímico y de confianza vale su peso en oro.
Deportivamente el técnico mexicano no podrá contar para la visita a Madrid con Jaume Costa, sancionado, mientras que todo indica que estarán recuperados Lato y Mascarell, ausentes ante Osasuna por lesión y que ayer completaron el trabajo de campo con el resto de compañeros. El primero podrá estar y el segundo está preseleccionado por Guinea para jugar la Copa de África y resta por ver si estará o no presente con vistas al primer encuentro del año.
Por su parte Valjent y Muriqi solo estuvieron durante unos minutos en el terreno de juego de Son Bibiloni y después regresaron a las instalaciones interiores para seguir con el trabajo de recuperación. A día de hoy es poco prudente apostar por la titularidad de ambos jugadores en un encuentro tan comprometido como el que se disputará frente al conjunto blanco.
El Madrid cuenta por victorias los encuentros disputados en casa y solo el Rayo fue capaz de empatar en el feudo de Chamartín. Si hay un partido que no es de la liga de muchos equipos sin duda se trata del choque de este próximo miércoles, de ahí la enorme importancia o el doble valor que tuvo la victoria contra Osasuna en Son Moix.
El triunfo frente al equipo navarro era importantísimo no solo por la inyección de moral que suponía para el equipo, que precisaba de una victoria para confirmar su línea, también para poder jugar en Madrid sin esa losa de estar pegado al vagón de cola.
Ahora la situación es diferente y salvo que el Madrid tenga otras prioridades, ganar o puntuar ahí va a ser muy complicado para el conjunto bermellón. El equipo rojillo ha encadenado cinco partidos consecutivos sin perder, un factor fundamental para iniciar la recuperación y tratar de tomar impulso y ahora la asignatura pendiente, que empezó a corregir ante Osasuna, es la de marcar y ganar. Al equipo le ha costado mucho esta temporada materializar las ocasiones que genera y eso has supuesto un revés en muchos partidos. Sin embargo, los rivales directos en la lucha por evitar el descenso también tienen problemas prácticamente idénticos y a poco que el once de Aguirre pise el acelerador, tiene que ser un hecho que abra brecha.