Cyle Larin, al abordaje

Es el turno de Cyle Christopher Larin. Con Vedat Muriqi en la enfermería y la vanguardia del Mallorca descabezada de aquí hasta que acabe el año, al canadiense le toca dar un paso adelante. Fichado a golpe de chequera hace solo unos meses para aumentar la población de la plantilla en ataque y subir de nivel, el futbolista nacido en Brampton, Ontario, sigue cargado de cuentas pendientes. Aún no ha encontrado su sitio en el cuaderno de Javier Aguirre ni el centro de la diana. Un veneno para el que debería hallar un antídoto durante el próximo mes y medio. Con algo más de espacio para expresarse, pero también con mucha más presión sobre los hombros.

Cuando las luces de LaLiga vuelvan a encenderse y sobre el césped de Son Moix se repartan los petos, Larin concentrará casi todas las miradas. El exjugador del Valladolid, junto a Sergi Darder la gran apuesta de un proyecto que todavía no ha salido del hangar, llegó para formar con Muriqi una sociedad explosiva que tras tres meses de competición sigue sin constituirse. Ni lo hará, como mínimo, hasta principios de 2024. Las noticias que han ido llegando estos días desde Pristina, la capital de Kosovo, anuncian que el Pirata podría estar ausente hasta entonces. Con todo lo que eso supone para un Mallorca que lleva casi dos años alimentándose de lo que siembra y recoge el balcánico dentro del área enemiga.

Titular en solo tres jornadas —Athletic, Real Sociedad y Betis—, Larin ha pasado a ser una de las estrellas potenciales del vestuario al tercer hombre del línea ofensiva, por detrás de Abdón Prats. El de Artà, con el que ahora deberá seguir trabajando codo con codo para mejorar las vistas del Mallorca, se ha destapado en este primer tercio del curso como el máximo goleador del equipo —siete dianas entre Liga y Copa— y como uno de sus mayores agitadores en los momentos delicados. Una misión que ya compartieron hace unas semanas en Boiro, con motivo de la primera ronda de la Copa del Rey. Una carrera cuesta abajo contra un rival de la Preferente gallega que, en cualquier caso, ayudó a que ambos se aplicarán una inyección de confianza. El mallorquín, celebrando su primer hat-trick como rojinegro. El norteamericano, festejando el único tanto que ilumina sus cuentas como jugador del club.

Como Muriqi, Larin ha salido estos días de Son Bibiloni después de ser reclutado por Canadá para la última ventana FIFA del año. En su caso, tiene por delante dos encuentros de la CONCACAF Nations League en los que su país se enfrentará a Jaimaca, la otra nación que desde hace unos meses figura en su pasaporte. El primero de esos partidos será en Kingston y se jugará durante la madrugada española del viernes al sábado, mientras que el segundo tendrá lugar en Toronto, en la madrugada del martes al miércoles.

A partir de ahí, el único propósito de Cyle Larin será brillar con la camiseta del Mallorca puesta, aunque antes del examen contra el Atlético de Madrid (sábado 25 de noviembre) que indicará la vuelta a la rutina competitiva deberá superar un largo viaje de vuelta a Palma y, como mucho, un par de entrenamientos. Ha llegado la hora de que Larin recoja el parche y abandere el siguiente abordaje.