Fue una noche surrealista. Extraña. Un cóctel extraño de hechos y decisiones. Un vodevil. La noche en la que Muriqi falló un penalti, no llegó a desviar el balón en el córner que propició el gol del Elche, marcó después desde los once metros y acabó expulsado tras un manotazo a Pere Milla... La agitada función que vivió el delantero kosovar resume un encuentro que se vivió al filo de la navaja. El colegiado Pizarro Gómez convirtió el duelo en una ruleta rusa. Ahora un penalti para el Mallorca, después una expulsión para el Elche; ahora otra pena máxima para los bermellones y después una roja...
El Mallorca ofreció un recital ofensivo en un arranque de partido para el optimismo. Pero Muriqi falló y, tres minutos después, el Elche golpeó con un mentón de Ponce que dejó al equipo noqueado. No fue el partido de Antonio Sánchez, tan activo como impreciso con el balón en los pies.
Javier Aguirre arrojó a la basura el guion establecido y recurrió a todo su arsenal ofensivo para tratar de alterar el destino. La roja a Lucas Boyé tres minutos después de pisar el terreno de juego facilitó ese plan. Con Amath, Ángel, Muriqi y Kang, el equipo obtuvo su premio tras una acción de Edgar Badia a Raíllo. Muriqi no falló, pero después se autoexpulsó para rematar una noche de locura...