El Real Mallorca ha caído ante el Espanyol (1-0) y encadena su sexta derrota consecutiva. El conjunto de Luis García continúa en caída libre hacia el abismo y durante estas últimas semanas solo sabe perder. Va de derrota en derrota y ante un Espanyol, que solo hizo lo justo, prácticamente marcar y poca cosa más, acabó perdiendo ofreciendo una imagen dramática. El equipo rojillo va sin rumbo, no tiene fútbol ni ideas y caer en posición de descenso es cuestión de tiempo. Ante el Espanyol demostró que es un equipo sin alma, sin capacacidad de reacción ni de generar fútbol. Va de mal en peor y sin frenos hacia el abismo. La tan ansiada reacción no se produce. En Cornellà fue incapaz de reaccionar al gol de Raúl de Tomás a los 41 minutos. Al Espanyol le fue suficiente con la magia de Sergi Darder para sacar adelante el partido. El de Artá ofreció un recital.
En la primera parte el Mallorca deambuló sobre el campo sin fisonomía, sin ideas, sin fútbol y sometido por completo por parte de un rival que jugaba a medio gas. No había centro del campo ni ataque y la lógica obsesión por no encajar era de tal calibre que los jugadores entraron al partido acomplejados, arriesgando lo justo y viviendo en su campo. Peor imposible. Avisó RDT a los cuatro minutos de un tiro cruzado que se marchó fuera por poco. Evidentemente de ir entre los tres palos hubiera sido gol ya que Sergio Rico vive colgado del larguero.
Un minuto después el VAR revisó una posible acción de penalti sobre Ángel, pero la acción quedó invalidada por una falta previa de Jaume Costa sobre Embarba, que además le costó la amarilla. Sigan. El Mallorca, consciente de que no tenía fútbol, lo rifaba todo a algún centro al interior del área para que lo rematara (¿?) Muriqi. El kosovar lo intentó a los catorce minutos, pero a los remates hay que darles sentido, direccionalidad, potencia y criterio. El delantero regaló el balón a las manos de Diego López.
A partir de ahí el Espanyol fue creciendo. Sergi Darder, él solo, se merendaba al invisible centro del campo del Mallorca. El de Artà dio una lección de cómo se gestiona el fútbol en la zona ancha. Baba y Antonio Sánchez ni existían, tampoco Dani Rodríguez ni Kang In Lee por lo tanto no había manera de generar nada.
Herrera perdonó el uno a cero a los 18 minutos intentando una chilena que no salió bien firmando una acción de chiste. Resultaba evidente que el gol en contra era cuestión de tiempo. Sin embargo, a los 40 minutos, el Mallorca robó uno de los pocos balones con sentido y salió a la contra con rapidez. Todo murió a los pies de Muriqi que con el balón a los pies no supo que hacer. Nada. Y poco después el gol. Baba otra vez perdió un balón. La Primera le viene grande. Sergi Darder tomó la directa desde el campo del Mallorca y condujo hasta la frontal del área. Se fue como quiso de Antonio Sánchez y metió un centro medido a Raúl de Tomás que lo tuvo muy fácil para batir a Sergio Rico. Uno a cero y descanso. En condiciones normales el Mallorca seguía vivo en el partido por lo ajustado del marcador, pero a nivel futbolístico y de corazón todo debía cambiar mucho.
En la reanudación Ángel se retiró con molestias en la espalda y entró en su lugar Abdón Prats, que pasaba a formar pareja con Muriqui. Lo que está claro es que empeorar en este segundo tiempo es difícil y por lo tanto solo había una posibilidad: mejorar. Nada más arrancar el Mallorca botó un corner y Jaume Costa lo intentó desde la frontal con un disparo potente que el portero Oier, que había sustituido a Diego López, atajó en dos tiempos.
El Mallorca estiró líneas y eso también supone problemas porque a los 53 minutos Raúl de Tomás se escapó tras un mal rechace de Valjent y llegó con su conducción al interior del área. Su disparo fue rechazado por Sergio Rico y finalmente el central envió el balón lejos de la zona de peligro.
El partido transitó con un Espanyol que al más puro estilo Vicente Moreno dio un paso atrás y el Mallorca intentó dar uno adelante. Luis García dio entrada a Salva Sevilla y el equipo encontró la brújula en la zona ancha. A los 56 minutos un preciso centro del andaluz permitió a Muriqi rematar de cabeza a gol. El kosovar se encontró con una gran intervención de Oier.
Salva siguió tirando del carro una vez más y a los 72 minutos finalizó una conducción hasta la frontal del área. Su disparo salió fuera, pero al menos Sevilla se resignaba a que el partido muriera sin que se intentara al menos buscar el empate. Hasta el final un par de cambios más, dos fogonazos y poca cosa más. El equipo de Luis García ha desconectado de la competición demasiado pronto. Es un grupo sin alma ni sin ideas. Ante el Espanyol ofreció una función sencillamente para olvidar.
Ficha técnica:
1 - RCD Espanyol: Diego López (Oier, min.46); Óscar Gil, Calero, Cabrera, Pedrosa; Bare (Morlanes, min.55), Yangel Herrera; Embarba (Nico Melamed, min.71), Darder, Vilhena (Aleix Vidal, min.54); y Raúl de Tomás (Loren, min.86).
0 - RCD Mallorca: Sergio Rico; Gio González (Niño, min.90), Raíllo, Valjent, Costa; Dani Rodríguez, Baba (Labres, min.82), A. Sánchez (Salva Sevilla, min.60), Kang-in Lee (Take, min.60); Ángel (Abdon, min.46) y Muriqi.
Goles: 1-0, min.42: Raúl de Tomás.
Árbitro: Martínez Munuera (comité valenciano). Amonestó a Costa (min.9), Baré (min.23), Muriqi (min.37), Raíllo (min.61), Morlanes (min.81), Aleix Vidal (min.81).
Incidencias: partido correspondiente a la vigesimonovena jornada de LaLiga Santander disputado en el RCDE Stadium ante 17.578 espectadores.