El Real Mallorca está de vuelta. El conjunto bermellón, que llevaba casi dos meses en el garaje por la pandemia de coronavirus, ha reanudado este sábado los entrenamientos en la ciudad deportiva Antonio Asensio pensando ya en el posible regreso de la Primera División, detenida a mediados de marzo a falta de once jornadas para la conclusión.
Divididos en dos bloques, adaptándose al protocolo de seguridad que ha establecido LaLiga para minimizar los riesgos en la vuelta al trabajo y siguiendo las coordenadas de su entrenador, Vicente Moreno, los futbolistas volvían a calzarse las botas para reencontrarse en las instalaciones de su cuartel general de la carretera de Sóller, a las que llegaban ya cambiados y con la ropa de entrenamiento puesta, tras más de cincuenta días ejercitándose en sus domicilios y atendiendo las instrucciones del cuerpo técnico únicamente a través de videoconferencia.
Cuando se detuvo la competición el Mallorca permanecía instalado en los puestos de descenso a Segunda División (18º, con 25 puntos y a uno de la salvación que marcaba el Celta), aunque acababa de conseguir la primera victoria de la temporada lejos de Son Moix (Eibar, 1-2, 7 de marzo) y se preparaba para recibir al líder del torneo, el FC Barcelona, en su estadio.