El Real Mallorca cerró su paso por Segunda División B en negativo, con pérdidas de más de 4,2 millones de euros. Así se desprende de la auditoria de cuentas a las que ha tenido acceso UH Esports y que revela también que los ejecutivos del club mantuvieron, pese a la situación económica y el despedido de empleados, sus sueldos.
El redactor jefe de UH Esports, Albert Orfila, analiza el desastre económico que supuso la caída del equipo a la Segunda División B, así como otros datos que afloran de dicho informe, publicado por Ultima Hora.
«El despido de mileuristas que se produjo a las pocas semanas de confirmarse el descenso, y que en el balance real del club suponía poca cosa, fue una purga, un capricho personal. Maheta Molango no se ha tocado un duro el suelo», señala Orfila, quien subraya que «el consejero delegado del club, el director deportivo y el director general, estando en Segunda B, mantuvieron sueldos de Primera División».
¿Es sostenible el Real Mallorca con estas cifras y estas decisiones?