Entre esa montaña de interrogantes que se agolpan estos días sobre la mesa de Llorenç Serra Ferrer, destacan dos que afectan directamente a la edificación del nuevo proyecto futbolístico. El máximo accionista y director deportivo, que ayer empezó a reunirse con algunos de los miembros de la plantilla para abordar su futuro a corto plazo, deberá dedicarle una atención especial a los casos de Tomás Pina y Michael Pereira, aunque el futuro de ambos parece alejado de Son Moix por razones muy diferentes.
Pereira dio ayer un nuevo paso al frente en esas reivindicaciones que ha ido exponiendo durante el último año. Acompañado de Nikola Franco, su representante y altavoz, el centrocampista francés mantuvo un agrio y acalorado encuentro con Serra Ferrer en el que le reprochó el trato recibido por su parte a lo largo de toda la temporada y en el que le subrayó su idea de abandonar la entidad este mismo verano. El galo, que había tomado la decisión mucho antes de que se produjera el descenso, tiene todavía un año más de contrato y si el Mallorca desea rentabilizar su marcha no puede perder el tiempo. De momento, desde la entidad aseguran no haber recibido ninguna oferta por sus servicios, aunque desde el entorno del jugador afirman que existe el ofrecimiento de un importante equipo francés y que a partir de la semana que viene debería encauzarse de manera oficial.
En el caso de Pina, que en las últimas horas ha sido vinculado a la Fiorentina, también será traspasado aunque el Mallorca no está dispuesto a malvenderlo. El manchego, con contrato hasta 2015, es uno de los principales activos con los que cuenta ahora mismo el club en la caseta y quiere beneficiarse de ello a nivel económico. Ayer la entidad y el futbolista se comprometieron a buscar una solución que resulte satisfactoria para ambas partes y la semana que viene el agente del jugador, Gustavo Cañizares, viajará a la Isla para seguir conversando.