El caso Nando Pons vivió ayer un nuevo capítulo. El director deportivo del Real Mallorca, a través de su representante Ferrán Gomila, y el club balear, representado por Francisco Cabello, y los tres administradores concursales, se vieron las caras en el Tribunal de Arbitraje y Mediación de las Islas Baleares (TAMIB) sin alcanzar ningún acuerdo a la hora de desbloquear las negociaciones sobre la rescisión del contrato del empleado de la entidad isleña.
El Acto de Conciliación finalizó sin acuerdo. Ni los administradores ni el Real Mallorca aceptaron la propuesta de Pons, que pretende cobrar la totalidad de su contrato, en total, 1.625.961,13 euros.
Sin embargo, la SAD balear argumenta que no es válido el contrato trabajo que le firmó Vicenç Grande en marzo de 2008 y que expira el 31 de enero de 2014. Es decir, que Fernando Pons Niza pretende cobrar un contrato sospechoso, ya que según la entidad, el director deportivo finalizaría su período laboral el próximo 30 de enero, en apenas dos meses...
Asimismo, el club niega la realidad del incumplimiento contractual que alega el (todavía) director deportivo.
Otra de las contestaciones de la demanda de conciliación, presentada por la Administración Concursal del concurso de acreedores del Real Mallorca, afecta a la consideración del cargo del director deportivo. Se considera de alta dirección, y no de carácter deportivo, por lo que la competencia quedaría abocada para una eventual resolución contractual al Juzgado de lo Mercantil número 2 de Palma, que es el órgano jurisdiccional ante el que se tramita el concurso de acreedores.
El próximo paso que podría dar el director deportivo del Mallorca es demandar al club balear para percibir la totalidad de su contrato y que supera el 1,6 millones de euros.
El club balear, por su parte, aguarda la respuesta de Pons para tomar una decisión. La próxima semana se reunirá con los administradores concursales para pronunciarse en el penúltimo capítulo del culebrón Pons .