El consejo de administración del Real Mallorca decidió ayer relegar de sus funciones al presidente Josep Pons, que se ha visto involucrado en un caso de presunto acoso laboral y sexual y que fue denunciado por una empleada de la Embajada de España en Austria. Los hechos se remontan a junio de 2009 y fueron puestos en conocimiento por parte de esta trabajadora al departamento de Asuntos de la Mujer e Igualdad de Género de Austria en el mes de diciembre de ese mismo año.
La abogada que defiende a la profesional «propone y solicita la iniciación de un procedimiento para comprobar si se ha producido una discriminación por razón de sexo en el ambito laboral, con carácter subsidiario por el acoso sexual».
En junio de 2009, Pons se recuperaba de una operación de menisco y según la exposición de los hechos de la asistenta, ésta fue requerida por el embajador. El documento redactado por la abogada indica que «ella se encontró al Embajador vestido con el pijama. Éste le pidió a la trabajadora que le acompañara al baño. Allí se quitó el pijama y se quedó desnudo delante de ella. Seguidamente le pidió que le quitara la media que tenía que llevar por motivo de la operación de menisco para que él se pudiera duchar. Para la trabajadora fue una situación muy desagradable, además de humillante», relata el documento. Este escrito añade que «el señor Pons obviamente notó que no era agradable para la mujer y tomó una prenda de vestir para taparse». En otro capítulo se expone que al volver a tener la necesidad de calzarle la media «estaba completamente desnudo, por lo que ella se encontró de nuevo con una situación desagradable y humillante».
Posteriormente Pons pidió disculpas a la empleada, pero la abogada indica que «las condiciones de trabajo empeoraron y el comportamiento del Embajador hacia ella lo encontraba peyorativo». Esta nueva situación motivó que la mujer pidiera la baja y se le comunicó que se le rebajaría el sueldo. La abogada interpreta que «el comportamiento incriminatorio en casos de acoso sexual se produce por una esfera sexual, quiere decir, ya sea por tratarse de situaciones sexuales, o dirigidas al sexo de la persona afectada». Ayer el consejo del Mallorca escuchó a Pons, le da la posibilidad de defenderse y de ahí que le relegue de sus principales funciones. El propio embajador señaló que «haré dejadez de mis funciones hasta nuevo aviso para conservar mi autonomía de acción en este asunto». «No tengo nada que reprocharme ni moral ni ética ni laboralmente», añadió. El consejo, sin embargo, decidió relegarle de parte de sus funciones a la espera de que resuelva este conflicto, a ser prosible lo más rápido posible.
UGT
Por su parte el responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT para trabajadores en el exterior, Antón Obieta, señaló que la asistenta «ha sufrido muchísimo» y que actualmente se encuentra recibiendo apoyo por parte de UGT, «incluso psicológico», añadió. Además, ha criticado que Pons se haya referido a la denuncia como «queja» y ha subrayado que el órgano de Igualdad ante el cual se presentó es el competente y que posee «plena capacidad sancionadora». Finalmente, Obieta lamentó la repercusión mediática que los hechos puedan tener debido a que es el nuevo presidente del Mallorca y ha remarcado que «no queremos perjudicar» al club.