Con apenas trece años, Érika Herrera ha asombrado y ha roto muchos estereotipos dentro de un deporte en el que los más pequeños empiezan a ganar peso. Tres medallas de oro en los Campeonatos de España de halterofilia convirtieron a la mallorquina, de trece años, en la mejor del panorama estatal en una categoría Sub 15 en la que dominó con enorme autoridad, situando además a Baleares en el medallero de la competición.
La pupila de Toni Martínez e integrante del Club de Pesas Ciutat de Palma, en el polígono de Son Castelló, de la misma forma se clasificó para el nacional Sub 17, que tendrá lugar en Asturias el mes de diciembre, pudiendo competir y medirse con rivales de mayor edad y teórico potencial físico, aunque ella logró la marca mínima y demostró que puede, al menos, plantar cara.
Oro en total olímpico (89 kilos), tras ser la mejor en dos tiempos (50) y arrancada (39), Érika Herrera, que llegó al Campeonato de España con un peso de 39'2 kilos -el tope en su categoría eran 40- se inició en la gimnasia rítmica, «pero una vez por semana venía a hacer entrenamiento de fuerza. Su padre y su hermana también practican este deporte y a partir de ahí se interesó por la halterofilia», recuerda su entrenador, Toni Martínez, quien destaca «su crecimiento a lo largo del último año, que ha sido de entre doce y trece centímetros, además de ganar unos cinco kilos de peso», condiciones que le han permitido ser más competitiva y sorprender a todos en el nacional.
«Lo que destaca de ella es la seriedad y valentía con la que afronta esos pesos. La confianza es una de sus grandes virtudes», explica el técnico de la flamante campeona de España Sub 15, que destacó de ella su «progresión», que le llevó a firmar las marcas mínimas de levantamiento para ir al nacional. «En su primer año Sub 15, hemos visto una enorme progresión, sacando además una enorme ventaja a la segunda clasificada. Eso le da un margen de mejora espectacular», comenta, además de destacar de Érika Herrera «que es un observadora, le gusta ver y quedarse con detalles».
En pleno crecimiento, el trabajo específico de preparación y competición es clave para que Érika pueda seguir evolucionando «porque lo bueno que tiene es su actitud y humildad, y esas son dos virtudes muy importantes en un deportista», remarca Martínez, que cuida con mimo la puesta a punto de una joya de la halterofilia nacional que, con apenas trece años, ya ha llamado la atención de los técnicos de la Federación Española, que siguen de cerca los pasos y los pesos que es capaz de alzar Herrera, la última perla del deporte mallorquín.