Fue una exhibición inútil. Un tributo al desencanto mayor. Al Mallorca no le alcanzó para nada suscribir en San Mamés una de sus mejores funciones del curso. Su cuaderno de méritos acabó en la basura. Un disparo sin excesiva pólvora de Javi Martínez condenó a la escuadra balear a un castigo doloroso y desorbitado. A una injusta purga que se desencadenó en un final fatídico. Cuando el partido ultimaba su epílogo, una lesión de Dudu Aouate alteró bruscamente las coordenadas, porque el sino de Germán Lux en este equipo resulta descorazonador. Apenas lanzó un par de veces a puerta el Athletic y en una de ellas encontró al guardameta argentino bajo los palos. La combinación entre David López y Javi Martínez era controlable, un simple harón local en la historia de un encuentro que estaba escrito. Pero Lux, que sumaba unos pocos segundos bajo los palos, se lanzó tarde para despejar un balón ajustado pero huérfano de decibelios. El bofetón que recibió su equipo si que fue ruidoso. El Mallorca había malgastado tal cantidad de munición ante la portería de Iraizoz que la derrota parecía inasumible. ¿Se pueden marcar dos goles creando una ocasión? El Athletic lo hizo y sumó un triunfo de consecuencias imprevisibles. El Mallorca continúa metido en el barro, anclado demasiado cerca de los puestos de descenso, y uno de sus rivales más directos ha tomado aire. El cuadro de Caparrós, que no cataba un triunfo desde el 31 de enero, se apropió además del average directo. Mal asunto.
Un invento de Mejuto González, que vio penalti tras un simple despeje de Ayoze, cargó de piedras la mochila del Mallorca a las primeras de cambio. Era el minuto 2 y Yeste transformaba la pena máxima (0-1). Aparentemente frío, daba la impresión que a la escuadra de Manzano echaba en falta unos gramos de intensidad. Se había acomodado bien sobre el terreno de juego, pero su centro del campo casi siempre llegaba tarde. Llorente generaba algún que otro cortocircuito entre Nunes y Navarro, pero el empuje local acabó en nada a medida que el Mallorca fue ingresando en el partido. Un remate de Aduriz, protagonista de excepción de un recital incompleto, marcó un punto de inflexión al cuarto de hora de la primera parte. Sin excesivos lujos, el cuadro bermellón había ganado metros y sus interiores empezaban a descubrir la vulnerabilidad de la zaga local. Costaba encontrar a Jurado, pero la última media hora del primer acto fue un monólogo balear. Aduriz de nuevo, esta vez con un disparo con la zurda y a media vuelta; Juan Arango y el propio Varela administraron ocasiones más que suficientes para haber equilibrado el marcador.
El segundo acto no hizo otra cosa que acentuar el gobierno del Mallorca. El Athletic seguía mudo. La brújula estaba en manos visitantes, pero la desesperación en la cabeza de Aduriz. Un servicio de Ayoze, que había incorporado hasta el final del carril izquierdo, puso el balón en la cabeza del atacante vasco, pero su remate picado volvió a perderse por alto. Otra bala perdida. Manzano respondió incluyendo en la función al 'Chori' Castro (retiró del campo a Fernando Varela) y su gesto no tardó en verse recompensado.
El uruguayo no intervino en la jugada del empate balear, gestado tras una perfecta combinación entre Navarro, Arango y Jurado, pero si incrementó la capacidad de amenaza de su equipo por la banda derecha. El pase largo del central bermellón hacia Arango tuvo como respuesta un control magistral del venezolano, que creó un espacio letal para Jurado. El disparo final del andaluz concluyó con el balón incrustado en la escuadra de Iraizoz (1-1).
Definitivamente, el partido había virado. El Mallorca precisaba quizás algo más de control en la sala de máquinas y un recambio para el errático Cléber Santana. El partido reclamaba a Mario, pero Manzano resolvió la ecuación con una extraña apuesta. Dio minutos a Trejo y mandó a un crecido Arango al banquillo. Con el Athletic moribundo, Iraola despejó desde la línea de gol otro testarazo de Aduriz (minuto 83). Fue un mal augurio. Unos segundos después, David Lopez centraba desde la banda a Javi Martínez, que desde muy lejos batía a Lux (2-1).