La cúpula del Real Mallorca no está de brazos cruzados observando
como el equipo empieza a buscar acomodo en las zonas bajas de la
clasificación.
En el seno del club hay en estos momentos una auténtica indignación
por el bajo rendimiento que algunos futbolistas están ofreciendo en
este arranque del campeonato. Los fichajes ordenados por Mario
Gómez han sido un auténtico fiasco y la entidad ya está elaborando
una lista de bajas con vistas al mes de diciembre.
En esta lista, por el momento, hay dos nombres propios, el de Jorge Polo Quinteros y el de Juan José Serrizuela. El club es consciente que, siguiendo las consignas de Gómez, se fichó caro y mal y quiere enmendar su error. El club se encuentra ahora con un problema grave a la hora de intentar desprenderse de estos dos futbolistas. Primero que ni uno ni otro han desmostrado absolutamente nada en el tiempo que llevan en el Mallorca y hacer efectivo un traspaso o una cesión es misión complicada. Ambos futbolistas han ofrecido una imagen muy mala y no será fácil intentar liberarse de ellos.
De la misma forma también hay una preocupación real a la hora de valorar el rendimiento de un futbolista por el que el Mallorca pagó mucho dinero y que en los dos años que lleva en Palma su aportación ha sido muy pobre en comparación con lo que costó y con sus emonumentos. Este futbolista no es otro que Ariel Caño Ibagaza. El argentino no mantiene ni mucho menos una línea clara de regularidad y el equipo se resiente de ellos ya que este jugador ocupa una posición clave en el terreno de juego.
El club está pagando en estos momentos dos grandes equivocaciones. Sucumbir a los deseos de Gómez y a las directrices y manipulaciones de la empresa Bahía que colocó a Mario en el Mallorca cuando éste era ya técnico del Málaga. El entorno mallorquinista está muy molesto por la conducta y actidud dentro y fuera del terreno de juego de varios futbolistas, principalmente sudamericanos que no demuestran nada sus sentimientos hacia la institución ni hacia los colores del club.