El formato de la Superliga anunciada es el de 20 participantes: los quince fundadores más cinco equipos que se clasificarán anualmente en función de su rendimiento. Los partidos se jugarán entre semana para respetar a las respectivas ligas nacionales y la primera edición se iniciaría el próximo mes de agosto.
Los equipos serán divididos en dos grupos de diez y disputarán partidos de ida y vuelta. Los tres primeros de cada grupo se clasificarán automáticamente para los cuartos de final, mientras que los que acaben en cuarta y quinta posición jugarán un playoff adicional a doble partido. La final será en mayo en una sede neutral.
Los planes de la Superliga es comenzar con el formato para el fútbol masculino y ayudar «al avance y desarrollo del fútbol femenino», iniciando también la competición «tan pronto como sea posible».
Los pagos de solidaridad serán mayores que los actualmente generados por el sistema europeo de competición y se prevé que superen los 10.000 millones de euros a lo largo del periodo de compromiso de los clubes. Los fundadores recibirán, en conjunto, un pago de una sola vez de 3.500 millones de euros dedicado únicamente a acometer planes de inversión en infraestructuras y compensar el impacto de la pandemia del COVID.
El esperado anuncio de la creación de la Superliga provocó numerosas reacciones y una oposición frontal de UEFA, las federaciones y ligas inglesa, española e italiana que emitieron un comunicado para «detener este proyecto cínico». El primer ministro británico, Boris Johnson, expresó también su postura en contra de la decisión de los grandes clubes europeos.