El Comité de Competició de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB) ha hecho público el fallo sobre la pelea que protagonizaron los equipos juveniles del Campos y la Penya Arrabal el pasado 23 de noviembre y que suponen castigos tanto para los clubes como para ocho jugadores implicados en la provocación y la tangana que se produjo sobre el césped.
El castigo a los jugadores oscilan entre el mes y el medio año de suspensión. Los cuatro jugadores del Campos que ha quedado constatado que agredieron a varios rivales han recibido una pena de seis meses de suspensión, mientras que los implicados de la Penya Arrabal han recibido penas que van del mes y los dos meses para los participantes en la provocación a la grada. El mayor castigo para un representante del club palmesano es de cuatro meses, que recae sobre un jugador que agredió a un aficionado.
Además de las sanciones por las agresiones, el Comité de Competición de la FFIB ha dictaminado la clausura por cinco partidos del terreno de juego del Campos y otros tres del de la Penya Arrabal. El club ‘campaner', al que se le consideran como «faltas muy graves» las infracciones, tendrá que pagar una multa de 1.500 euros y el de Ciutat, por «faltas graves», otra de 500 euros.
Cabe recordar que el pasado 27 de noviembre el comité ya adoptó medidas provisionales al cerrar el campo tanto al equipo local como al visitante y también de forma cautelar a cuatro futbolistas de cada equipo, bien por incitar al público o por participar directamente en las agresiones. Esta decisión provisional se tomó a raíz de la visualización del vídeo donde están registrados los incidentes que sucedieron y que desembocaron en una pelea sobre el campo entre jugadores de Campos y Penya Arrabal de categoría Preferente Juvenil.
El comité considera como hechos probados que varios futbolistas de la Penya Arrabal celebraron el tanto de la victoria (1-2) en el minuto 90 con gestos de provocación hacia la grada y los rivales y que «a raíz de estas acciones se producen violentas agresiones mutuas tanto por jugadores como entre ambas aficiones».
Los dos clubes se posicionaron desde el primer momento contra la violencia y condenaron los actos vividos poniéndose a disposición tanto de la FFIB como de los organismos competentes.