Las imágenes de es Moleter destrozado dibujaban un panorama desolador para el Cardassar, pero en ningún momento la directiva comandada por Jaume Soler pensó en abandonar. Hace un año uno de los campos de fútbol más históricos de nuestro archipiélago quedó arrasado por la torrentada y Sant Llorenç, como si de un equipo se tratara, se dispuso a levantarlo de nuevo. Y lo levantó, como levantó toda la población.
El Carde se convirtió en el equipo de todos y en el punto de encuentro para multitud de niños y jóvenes del pueblo a los que la desgracia les tocó de cerca. Jaume Soler analiza el momento de la entidad un año después de la tragedia que se cobró la vida de 13 personas.
Ahora los niños vuelven a correr, vuelven a jugar y el fútbol llena todos los rincones de un campo que tocó fondo tras la riada, pero que dio una lección de superación desde la misma noche del suceso. En esta entrevista su presidente recuerda ese momento y cómo se organizaron para reiventarse de nuevo.