La Euroliga, repleta de grandes nombres y tan abierta y exigente como cada temporada, regresa a la acción con el objetivo de reivindicarse, si es que eso es necesario, como la segunda mejor competición de baloncesto del mundo tras la NBA.
Muchos son los jugadores que así lo han defendido a lo largo del verano después de que el mexicano-estadounidense Juan Toscano-Anderson la menospreciase en comparación de la Liga de Desarrollo durante un tiempo muerto de la pasada Copa Intercontinental. Y ahora es el momento de volver a demostrarlo sobre la pista en una campaña que será la última antes de que se empiecen a implantar de forma progresiva las nuevas normas de 'control económico'.
Es el caso del Panathinaikos griego, defensor del título tras conquistarlo el pasado curso en Berlín. Las incorporaciones de Lorenzo Brown (Maccabi Tel Aviv), Omer Yurtseven (Utah Jazz) y Cedi Osman (Spurs) potencian un plantel que sigue manteniendo a Kendrick Nunn, Matthias Lessort, Kostas Sloukas o Juancho Hernangómez a las órdenes de Ergin Ataman.
El efecto arrastre de ese poderío ha animado al Olympiacos, que también tiene que 'sufrirle' en la liga local, a dar otro paso adelante. Además del golpe en la mesa que supone el regreso tras su paso por la NBA de Aleksandar Vezenkov, MVP de la máxima competición europea en el 2023; ha cambiado de barrio el argentino Luca Vildoza y se han sumado a la causa Tyler Dorsey (Fenerbahce) y Keenan Evans (Zalgiris), cuarto máximo anotador de la pasada edición.
Ambos aspiran a repetir como integrantes de la final a cuatro en la que también estuvieron el Real Madrid y el Fenerbahce Estambul. El conjunto blanco, que venía de ser campeón y llegó a la final, afronta una transición tras la salida de tres veteranos con gran peso en el vestuario como Sergio Rodríguez, Rudy Fernádez y Fabien Causeur; a los que se sumaron los también franceses Vincent Poirier, Guerschon Yabusele y Carlos Alocén. Para reconstruir la estructura han retornado en una segunda etapa Usman Garuba y Serge Ibaka (Bayern), además de aterrizan Andrés Feliz (Joventut) y Xavier Rathan-Mayes (Enisey).
En el caso de los turcos, vuelven a asomar como otros de los grandes favoritos. Más incluso que hace un año porque ahora cuentan con el imponente pívot Bojan Marjanovic (Houston Rockets); con el anotador recurrente Wade Baldwin IV y su ex compañero Bonzie Colson (Maccabi Tel Aviv); con Erten Gazi (Efes); y con Nicolò Melli y Devon Hall, ambos traídos desde Milán. Entrenándoles de nuevo estará Sarunas Jasikevicius.
El lituano dejó un legado como técnico del Barça que en cierta medida se está intentando recuperar. Después de que en la campaña precedente las sensaciones no fuesen las mejores, Joan Peñarroya conduce ahora el timón que dejó Roger Grimau. Y tendrá a ilustres tripulantes recién llegados como Kevin Punter (Partizan), Juan Núñez (Ulm), Justin Anderson (Valencia), Chimezie Metu (Detroit Pistons) y Youssoupha Fall (ASVEL).
Completan la nómina de clubes españoles y otomanos el Baskonia y el Anadolu Efes. Los primeros, dirigidos ahora por Pablo Laso, pierden a Codi Miller-McIntyre y Matt Costello; mantienen a los decisivos Markus Howard y Chima Moneke; y añaden a Timothé Luwawu-Cabarrot (ASVEL), Ognjen Jaramaz (Partizán) Trent Forrest (Hawks), Kamar Baldwin (Trento) y Donta Hall (Mónaco). En los segundos Vicent Poirier (Real Madrid), Roland Smits (Zalgiris), Stanley Johnson (Sacramento Kings) y Jordan Nwora (Toronto Raptors) son las novedades.
También irrumpen con fuerza los dos clubes de Belgrado, ciudad que aspira a albergar la final. El Partizan lo hace tras revolucionar el plantel con más de diez recién llegados entre los que destacan Frank Ntilikina (Charlotte Hornets), Iffe Lundberg (Bolonia), Carlik Jones (Zhejiang) o Vanja Marinkovic (Baskonia). El Estrella Roja, por su parte, se hace con Codi Miller-McIntyre (Baskonia), Isaiah Canaan (Olympiacos), Nikola Kalinic (Barcelona), Ognjen Dobric (Virtus) y Mike Daum (Anadolu Efes).
Un año más el principal emisario de la liga francesa será el Mónaco, encabezado por Mike James, último MVP. No tendrá a su lado ya ni al mediático Kemba Walker ni a Jordan Loyd; pero sí a Nick Calathes, máximo asistente en la historia de la Euroliga, y a su compañero Georgios Papagiannis (Fenerbahce) o al turco Furkan Korkmaz (Philadelphia 76ers).
Volverá a sumarse a él en el viaje el ASVEL Villeurbanne con Shaquielle Harrison (Grizzlies), Théo Maledon (Suns) o Admiral Schofield (Magic). Y también se sube al tren un nuevo invitado, el París de Thiago Splitter. Ciudad de gran interés comercial, allí jugarán entre otros Kevarrius Hayes (Zalgiris), Maodo Lô (Milán) y Yakuba Ouattara (Mónaco).
Menos representantes tienen ahora, dos cada uno, los baloncestos italianos y alemanes. En territorio transalpino destaca el Milán y una nómina que incluye novedades como Fabien Causeur (Real Madrid), Leandro Bolmaro (Bayern), Zach LeDay (Partizán) o Josh Nebo (Maccabi). Junto a ellos se presenta también el Bolonia con Will Clyburn (Anadolu Efes) como su fichaje estrella.
Por su parte desde el baloncesto germano aparecen el Bayern de Múnich y el ALBA Berlín; los bávaros con su apuesta para entrenar por el vigente campeón del mundo Gordon Herbert y con Yam Madar (Fenerbahce); Johannes Voigtmann y Shabazz Napier (Milán) y Oscar da Silva (Barça); y los capitalinos con un bloque con muchas semejanzas con respecto al que ya presentaban.
Completan el cartel global el Maccabi Tel Aviv y el Zalgiris Kaunas. El cuadro israelí ha perdido a muchos de sus referentes dada la complicada situación que atraviesa el país, aunque ha conseguido atraer a Rokas Jokubaitis (Barça), Jordan Loyd (Mónaco), Jaylen Hoard (Hapoel), Wenyen Gabriel (Grizzlies) y Levi Randolph (Hapoel). Y el club lituano se apuntala con nombres del nivel de Alen Smailagic (Partizán), Sylvain Francisco (Bayern), Deividas Sirvydis (Lietkabelis), Bryant Dunston (Bolonia) o Ignas Brazdeikis (Olympiacos).