Con un ánimo muy diferente al de las últimas semanas, el Palmer Alma Mediterránea Palma regresa a Son Moix para jugar un partido oficial, algo que no hacían los de Pau Tomàs y Álex Pérez desde el pasado 21 de diciembre, cuando perdieron ante el Almansa (82-94). La victoria, la segunda del curso y primera lejos del Palau, en Melilla ha alterado el gesto de una plantilla que ha recuperado la convicción y la sonrisa, apoyada también en el aire fresco que han aportado los recién llegados Brown, Marinov y Cosialls.
Pero también por la capacidad de respuesta de jugadores como Marc Peñarroya, que se reivindicó en el triunfo en suelo norteafricano ante la ausencia del base titular y capitán del Palmer, Pol Figueras, que tampoco podrá jugar hoy al igual que Kanyinda. Con todos esos argumentos y una buena dosis de moral, el cuadro balear recibe esta noche (20:45 horas) a uno de los pesos pesados de la LEB Oro.
Antecedentes
Visita Son Moix un viejo rival, un Granada que comparte con Estudiantes trece victorias que colocan a los de Pablo Pin en lo más alto de la tabla. La consolidación del proyecto andaluz es un hecho palpable, contando con la base (Lluís Costa, Iriarte, Pardina, Pin...) de aquel equipo que firmó una épica eliminatoria previa a la Final Four de Miribilla. Y reforzado con notable acento mallorquín, de la mano de Pere Tomàs y un clásico como David Iriarte, además de con viejos conocidos como Thomas Bropleh -máximo anotador del Granada- y Jacobo Díaz, uno de los puntales del grupo balear el pasado ejercicio.
Con un calendario de vértigo en las próximas semanas (Granada, Estudiantes, Lleida en partido aplazado, Coruña, Alicante…) y un balance que sigue siendo preocupante (2-14), el Palmer Palma se exige de nuevo la victoria. Y más en Son Moix y tras el trabajado triunfo en Melilla, donde Van Beck demostró una vez más que es el jugador diferencial de un equipo que apura sus ilusiones de lograr la salvación deportiva en una LEB Oro que arrancó el pasado fin de semana la segunda vuelta, aunque quedan encuentros por disputarse con los que alcanzar de forma oficial el ecuador de la competición regular.