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5 motivos para visitar Cantabria en invierno y no necesitar irte más lejos

El norte gana adeptos cada año y es el destino perfecto para una escapada de invierno

Cantabria tiene mucho que ofrecer, también durante el invierno.

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Siempre es un buen momento para pensar en la próxima escapada y Cantabria tiene mucho que ofrecer, también durante el invierno. Paisajes de ensueño, pueblos encantadores, rincones mágicos y una deliciosa gastronomía son solo algunos de los innumerables atractivos de esta comunidad. Una muy buena opción para una escapada invernal es hospedarse en Cantabria con Ruralia para poder hacer rutas y disfrutar de su incomparable entorno.

Cinco planes imprescindibles en Cantabria

1. Visitar sus pueblos más pintorescos: como la villa marinera de Castro Urdiales con la iglesia gótica de Santa María de la Asunción, las vistas sobre el puerto desde el castillo de Santa Ana. Imprescindible pasear y probar los sabrosos pinchos en alguno de los bares especializados de la calle La Rua o Ardigales. O Comillas, demasiado visitada durante el verano, pero con mucho que ofrecer también en invierno. El mirador al lado de la Ermita de Santa Lucía ofrece las mejores vistas del pueblo y su playa. Su cementerio es considerado uno de los más bonitos de España y en su interior acoge las ruinas de una antigua ermita gótica. Tampoco se debe dejar de descubrir los tesoros modernistas como el Capricho de Gaudí, el Palacio Sobrellano o la Universidad Pontificia. Otra visita muy recomendable es Santillana del Mar, tanto por su gran patrimonio histórico-artístico.

2. Explorar la Cueva de Altamira: También conocida como la Capilla Sixtina del Arte Rupestre por sus famosas pinturas policromadas de bisontes y ciervos de la época del Paleolítico. Estuvo habitada hace 35.000 años, pero hace unos 13.000 hubo un desprendimiento que la taponó dejándola intacta hasta su descubrimiento.

3. Esquiar en Alto Campoo: A apenas 24 kilómetros de Reinosa es una de las estaciones más grandes de la cordillera cantábrica con 30.379 kilómetros esquiables con cumbres que superan los 2200 metros de altura. En total la estación se compone de 23 pistas, casi 3 kilómetros de circuito para esquí de fondo y un snowpark para los amantes del snowboard.

4. Descubrir el nacimiento del Ebro: un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza con increíbles paisajes y hermosos rincones. El río Ebro, el más caudaloso de España y el segundo más largo después del Tajo, nace en el hermoso municipio de Fontibre, en pleno corazón de Cantabria. Un paseo circular de piedra y pasarelas de menos de 1km rodeado de un entorno natural precioso, bajo fresnos y chopos, que se entremezclan con robles y sauces.

5. Disfrutar de la gastronomía cántabra: imposible resistirse a las diversas especialidades que componen la variada cocina de Cantabria. Desde probar las célebres anchoas de alguna de las fábricas de conservas de Santoña; hasta explorar los obradores de sobaos, quesos y quesadas de los valles pasiegos en pueblos como San Pedro del Romeral, Vega de Pas o San Roque de Riomiera. Y por supuesto, en ninguna escapada invernal a Cantabria se debe dejar de probar un buen cocido típico del valle del Liébana.

En conclusión, invierno no es antónimo de relax y supone una gran oportunidad para disfrutar una inolvidable escapada en la que descubrir Cantabria en todas sus facetas.

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