Durante un viaje, la maleta pasa por muchas y diferentes superficies, por lo que se acaba ensuciando y adquiriendo multitud de microorganismos. Por ello, es necesario limpiarla cada vez que vuelves a casa. Es un proceso muy sencillo, aunque los pasos a seguir dependen del tipo de maleta que tengas. Puede que ponerse a limpiar nada más regresar de vacaciones resulte pesado, pero es la mejor forma de preparar las maletas para la próxima aventura, además de tenerlas en perfecto estado y ahorrar, así, en cambios de equipaje innecesarios.
Maletas duras
En el caso de las recubiertas de plástico duro, pasa un paño con jabón por todo el exterior y después enjuaga el paño en agua y da otra pasada por la superficie, hasta que no queden espuma ni restos del quitagrasas. Por último, seca la maleta con un papel o un paño seco.
Maletas de tela
Si tu maleta es de tela lo mejor es pasar el aspirador por toda la superficie. Así conseguirás limpiar todos los restos de polvo y demás suciedad. Si encuentras alguna mancha, frótala con un agua y un paño con jabón hasta que desaparezca.
El interior
Para limpiar el interior hay que seguir los mismos pasos que utilizamos para las maletas de tela: hacer uso de aspirador y de agua y jabón si hay manchas. Ten en cuenta que si limpias con agua alguna mancha del interior debes de dejar la maleta abierta hasta que se seque, para evitar que huela a humedad.