Las aguas cristalinas de Cala Llombards y la naturaleza que la rodea la convierten en un rincón perfecto para pasar una calurosa jornada de verano. Se trata de una pequeña cala de arena blanca, que se extiende entre dos acantilados y que linda con un pinar que delimita la playa. Está situada dentro de una tranquila urbanización de viviendas unifamiliares, con el mismo nombre, al sureste de la isla. En uno de los lados de la costa, unas pequeñas escaleras de piedra conforman un caminito que conduce a zonas más apartadas desde donde tomar el sol sobre las rocas o admirar la vida marina que alberga el lugar, con pequeños cangrejos, conchas y erizos de mar.
Una de las actividades que no pueden dejar de hacerse es visitar cerca de la cala un conocido punto de la zona de Llevant: el mirador des Pontàs (literalmente, «puentazo» en castellano), un arco natural, formado por roca erosionada y rodeado por el mar. Debido a sus pequeñas dimensiones y la popularidad que ha adquirido este enclave en los últimos años, suele estar masificado en plena temporada de estío, por lo que puede ser difícil alejarse de la sombrilla del vecino. Eso sí, hay servicio de alquiler de hamacas, socorrismo y un chiringuito donde comer o tomar algún cóctel.
La cala está a una hora en coche desde Palma, aproximadamente, a través de la Ma-19. El vehículo se puede aparcar en el aparcamiento gratuito de detrás de la cala. También es posible desplazarse en transporte público, con los buses interurbanos del TIB. Para ello, desde la Estación Intermodal se ha de coger la línea 501 hasta hacer trasbordo en la parada La Verge 2 con la línea 517 en dirección a Santanyí hasta la parada Cala Santanyí. El bus deja a los pasajeros en la urbanización, a unos 20 minutos a pie de la cala.
Características
Servicios de socorrismo: Sí.
Duchas: Sí.
Restaurantes: Sí.
¿Se puede llegar en transporte público? Sí, aunque la parada está a 20 minutos a pie.