Uno de los trabajos más importantes que he hecho a nivel personal es la formación en constelaciones familiares. He tenido la enorme fortuna de aprender de grandes maestros que me han enseñado una de las herramientas fundamentales dentro de mi propio camino de sanación y transformación.
Las constelaciones familiares, como todas las terapias o prácticas espirituales, nos ayudan a ampliar nuestra capacidad de entender los fenómenos ocultos que van marcando nuestras conductas, nuestras relaciones y nuestras reacciones emocionales.
Nos permiten tener una radiografía de los procesos inconscientes que operan dentro de nuestro sistema familiar.
De la misma manera que la terapia individual te ayuda a explorar los mecanismos inconscientes de tu personalidad, las constelaciones familiares te permiten entender cuáles son los patrones inconscientes que han estado dentro de tu sistema familiar, muchas veces durante generaciones.
Somos el resultado de los acontecimientos de nuestra propia vida pero también en gran medida somos el resultado de las muchas mujeres y hombres que han venido antes que nosotros y que han marcado los códigos de conducta, de moral, de ética, de amor, de éxito, de dinero, de lealtad, de pérdidas, … en nuestro sistema familiar.
Somos la repetición de muchas generaciones que nos anteceden y que, si no somos conscientes, una y otra vez vamos perpetuando conductas que nos impiden evolucionar hacia nuevas experiencias de vida.
Las relaciones con el dinero, las amorosas, con los padres, las enfermedades, ... son algunos de los aspectos importantes a entender a través de las constelaciones familiares, ya que es justamente en estas áreas de nuestra vida que son tan fundamentales, en las que repetimos conductas o mensajes de los que no somos conscientes y que vienen de mucho antes.
Todas las personas pueden hacer una constelación familiar, todos tenemos algo, algún síntoma o circunstancia en nuestra vida que sentimos que nos impide movernos hacia delante. Mirar, a veces puede ser doloroso, y muchas veces nos da mucho miedo descubrir qué se mueve en las profundidades del inconsciente familiar. Sin embargo, creo que es aún más amenazante vivir siempre ignorantes de qué nos mueve, creer que las cosas están dadas así porque sí, sin detenernos a entender que quizás, lo que nos duele hoy o nos incomoda viene de mucho más atrás.
Para mí, mirar a mi sistema familiar tal cual ha sido, sentir el dolor que ha habido y también el inmenso amor que ha existido, me ha dado una fuerza diferente. Un sentido de pertenencia a mi linaje familiar que he logrado asimilar con amor, gratitud y honrando profundamente.
Tolstoi decía que en todas las familias se oculta algún fantasma. Y nos da miedo mirarlo, sin embargo, las constelaciones familiares nos enseñan a hacerlo desde el amor, desde el corazón, honrando y agradeciendo, porque una vez que podemos tomar la vida tal cual es, tal cual ha sido, la fuerza que nace en nosotros es muy grande. Nace la fuerza del amor, el permiso del sistema para vivir desde la conciencia.
Toda herida quiere ser reconocida y al hacerlo el regalo es la infinita fuerza vital.