¿En ocasiones te duele el pelo? Este puede ser un motivo habitual en las consultas, pero lo cierto es que el pelo no duele como tal, sino el cuero cabelludo. Esto se debe a que "en las raíces de los folículos pilosos existen multitud de terminaciones nerviosas", por lo que el cuero cabelludo puede verse afectado por diferentes factores, tal y como explican en la clínica Corporación Capilar Dermatológica.
Algunas de las causas más frecuentes que provocan dolor, picor o irritación en el cuero cabelludo, encargado de proteger nuestra cabeza, son el estrés, el uso excesivo de la plancha o el secador, los químicos presentes en el champú o en otros productos cosméticos, el exceso de grasa, las condiciones climáticas, los cambios hormonales o seguir una mala alimentación, entre otras.
Aunque en la mayoría de los casos este problema sea reversible y provocado por un factor cotidiano, lo cierto es que algunas enfermedades de la piel pueden originar un efecto negativo en el cuero cabelludo que acabe generando dolor.
Una de ellas es la dermatitis seborreica. Se trata de una afección que puede provocar incluso la caída del cabello y que cursa "con una inflamación crónica de la piel caracterizada por una serie de síntomas como comezón, enrojecimiento o descamación de la piel". Además, también pueden aparecer ampollas o caspa y uno de los motivos más frecuentes es "la sobreproducción de grasa" que se acumula y "asfixia a los folículos pilosos", añaden.
La psoriasis es otra de las patologías que afecta al cuero cabelludo, al igual que el liquen plano. Se trata de una enfermedad cuya manifestación clínica se caracteriza por el picor, la sequedad, la descamación de la piel o la aparición de placas de color rojizo.
Por otra parte, la tricodinia es una afección que provoca una hipersensibilidad e irritación en el cuero cabelludo que puede llegar a convertirse en una sensación de dolor. Este problema puede acompañarse de diferentes tipos de alopecia, como el efluvio telógeno.
Por último, la esclerodermia es una enfermedad autoinmune cuyos síntomas se pueden manifestar en la piel y en el cuero cabelludo. De hecho, "se pueden producir calvas debido a la destrucción de los folículos pilosos o a que se vea afectado el ciclo de vida del cabello", concluyen.