En el mundo de la nutrición no todo es blanco o negro. Hay una gran diversidad de opiniones y de actitudes a adoptar frente a la comida y la alimentación que van desde decisiones más sujetas a la ética, como el vegetarianismo o el veganismo, hasta cambios de estilo de vida que giran alrededor del deporte de alta intensidad.
Y, de vez en cuando, también surgen modas o tendencias que pueden ayudarnos a cambiar de manera brusca el metabolismo y conseguir rápidos resultados pero que también conllevan efectos perjudiciales para la salud. Uno de estos ejemplos es la dieta cetogénica.
Este tipo de dieta consiste en eliminar al máximo posible los carbohidratos (incluidos azúcares simples y complejos) de nuestra alimentación, potenciando la ingesta, sobre todo, de grasas pero también de proteínas. La especialista en nutrición deportiva Nuria Díez recalca que este tipo de dieta no es baja en calorías, como mucha gente piensa. Las calorías de la dieta se regulan en torno a lo que necesite cada persona, tanto si es bajar de peso como aumentar la masa muscular.
El funcionamiento de esta dieta es muy sencillo de explicar: al bajar tanto la ingesta de hidratos (alrededor de unos 20-25 gramos al día), se genera un estado de cetosis que lleva a nuestro cuerpo a usar las reservas de grasas como fuente de energía. Por tanto, una de las ventajas más llamativas de la dieta cetogénica es que es muy eficaz a corto plazo para eliminar la grasa del cuerpo.
Uno de los inconvenientes de esta dieta es que, como explica Nuria, se requiere muchísima disciplina para mantener esta cetosis y no todo el mundo es capaz de mantenerla. Pero como beneficio, cabe señalar que mejora la resistencia a la insulina al reducir los niveles de glucosa.
«En su tiempo la vendían como la dieta de los deportistas de élite, pero en la mayoría de los deportes la presencia de los carbohidratos en la dieta es fundamental. Si no le damos este macronutriente al cuerpo, será difícil que los músculos y los órganos funcionen al máximo rendimiento, que es lo que necesita un deportista», explica esta dietista.
Nuria Díez, también desde su experiencia deportiva, no comparte los principios de la dieta cetogénica al no considerarla equilibrada, ya que no utiliza todos los macronutrientes y «se limitan mucho las vitaminas, minerales y la fibra al reducir y casi eliminar el consumo de fruta y algunas verduras».
La dieta cetogénica, por tanto, no está considerada la mejor manera de perder peso ya que, además, puede tener un efecto rebote. Además, puede provocar ataques de gota al subir los niveles de ácido úrico.
De todas formas, este tipo de dietas pueden incluirse de manera programada y en periodos cortos para activar la quema de grasas. En caso de querer implementarla en nuestros hábitos, es importante hacerlo siempre de manera controlada por un nutricionista y controlando los niveles de hidratos para que el proceso de cetosis no se rompa.