En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, de cuya finalización se cumplen estos días el ochenta aniversario, la sombra del nazismo se extendió hasta la isla de Mallorca. Episodios poco conocidos revelan la huella que dejó el Tercer Reich en este paraíso mediterráneo, comenzando por la fundación de una agrupación local del partido nacionalsocialista creado por Adolf Hitler hasta los misteriosos accidentes de aviones alemanes.
El 28 de junio de 1932, un año antes de que Hitler ascendiera al poder en Alemania, se fundó en el número 48 de la calle del Dos de Mayo de Palma la agrupación mallorquina del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). Aquella casa, que hoy sirve como residencia para el verano, fue testigo de los primeros pasos del nazismo en la Isla.
El periodista y subdirector del Mallorca Magazin Alexander Sepasgosarian plasmó algunos nombres clave en su libro Mallorca bajo la cruz gamada, que presenta al desnudo la influencia nazi en la Isla. Walter Rup era el jefe del partido en Mallorca. Las fotografías del momento demuestran una clara connivencia y colaboración con el marqués Alfonso de Zayas y de Bobadilla, jefe de la Falange y uno de los promotores de la terrible represión tras el inicio de la Guerra Civil.
El eje de colaboración ideológica y militar Madrid-Roma-Berlín funcionó a pleno pulmón en la guerra fraticida entre españoles. Eran tiempos en los que las teorías genéticas, incardinadas en las premisas del evolucionista Charles Darwin, obtenían acólitos en los círculos ilustrados de prácticamente todas las ciudades europeas. Palma no podía ser una excepción.
Por otra parte, en el mundo anglosajón de la época, las reticencias que los movimientos de Hitler pudieran motivar no eran muy distintas a lo que generaba Iósif Stalin en la Unión Soviética. Durante la Guerra Civil española, la Luftwaffe alemana sobrevoló con profusión los cielos de las Islas Baleares, utilizándolas como plataforma para hostigar la costa levantina y el sur peninsular de España. En este contexto, se produjeron varios accidentes de bombarderos nazis en el archipiélago.
Uno de los casos más conocidos, narrado por el historiador Manuel Aguilera en el periódico 'Ultima Hora', es el del avión alemán que cayó en Cabrera, dando origen a la leyenda del fantasma del piloto apodado 'El Lapa'. Sin embargo, hubo otros cuatro siniestros similares en Baleares, siendo uno de los menos conocidos el ocurrido en Santanyí.
Desde el siglo XIX, Mallorca ha ejercido un gran atractivo sobre los alemanes, cautivados por su clima templado y sus bellos paisajes. A principios del siglo XX, se formó en la isla una comunidad bohemia de artistas e intelectuales germanos, un caldo de cultivo propicio para la extensión de los postulados de Hitler una vez ya no existía nadie que le hiciera sombra.
Esta temprana presencia sentó las bases para los vínculos que se establecerían posteriormente entre la Isla y la Alemania de entreguerras, incluyendo los episodios relacionados con el auge del nazismo. Tras la caída del Tercer Reich, algunos miembros del mismo con distinto grado de responsabilidad en los desmanes cometidos encontraron refugio y anonimato en el archipiélago.
Los acontecimientos narrados se enmarcan en el convulso período de los años 30 y 40 del siglo XX en Europa. Los historiadores y investigadores siguen esclareciendo los detalles de la presencia nazi en Mallorca y las Islas Baleares, un capítulo poco explorado de la historia española del siglo XX. Iniciativas de memoria histórica buscan recuperar y difundir estos episodios para comprender mejor este complejo período. A través del estudio de documentos, testimonios y restos materiales, se va reconstruyendo el puzle de aquellos años en los que la sombra del Tercer Reich se proyectó sobre el Mediterráneo español, dejando una huella que aún hoy sigue siendo objeto de fascinación y debate.