-Tenemos una duda, «Vell Professor»: ¿cómo es posible que en las notas históricas del Fora Porta o extramuros de Palma aparezcan los molinos de la Porta del Camp y, en general, el Molinar de Llevant, muy cerca de las murallas de la ciudad? Nosotros siempre hemos oído decir que el barrio del Molinar se halla hacia el Portitxol, mucho más lejos de las Avingudes, más a levante.
-¡Pero bueno, esforzados alumnos!. Hace unos cuarenta años que mis amigas Antònia Casasnovas y Amèlia Llull me hicieron ver que no debía confundirse la barriada del Molinar o Segon Molinar con el Primer Molinar. Este Primer Molinar está mucho más cerca de la ciudad antigua que la barriada de después del Portitxol. Por tanto, el actual barrio de Es Molinar, es sólo una parte del Molinar de Llevant, la más alejada de la ciudad; la otra parte del Molinar de Llevant, la más cercana a la ciudad, es el Primer Molinar o Molinar de la Porta del Camp.
-Profesor, no será que el Primer Molinar es el Molinar de Ponent y el Segon Molinar es el Molinar de Levante... ya que, si miras desde el Portitxol, con el mar a la espalda, hacia la izquierda está la Porta del Camp, que quedaría a poniente del observador y el barrio del Molinar quedaría a la derecha, en el levante estricto.
-¡No, «ca, barret»!, ¡De ninguna manera! No compliquemos la cosa. Ya sé que alguna publicación así lo ha contado, pero están muy equivocados. El Molinar de Ponent es el del Jonquet y también el de la actual calle Industria, a poniente de la ciudad, mientras que el que ahora explicamos, el Molinar de Llevant, está al este de la ciudad.
-Vale, ha quedado claro, ¡no se enfade, profesor, que no es conveniente para su delicada salud!
-No paséis pena, ¡aún tendréis que aguantarme un par (mallorquín) de años! Mira lo que dice el libro Els noms de Fora Porta de la Ciutat de Mallorca: «Es Molinar de Llevant, debe el nombre a la cantidad de molinos de viento harineros que se alineaban frente a la costa de levante de la ciudad. Se debe distinguir entre el Primer Molinar y el Segon Molinar. El Primer, más cerca de la ciudad, se situaba entre la Porta del Camp (poniente de la zona), Can Pere Antoni y la costa (sur), y el Portitxol (levante), cerca de la Creu de Pedra Marbre (norte). El Segon Molinar, a levante del Portitxol, cuenta con topónimos como sa Punta des Metxins y es Caló d'en Rigo, en el actual Club Náutico. La barriada conocida actualmente como Es Molinar responde realmente al Segon Molinar». Bien, a ver si encontráis más documentación sobre este tema.
-Sí, yo he localizado un texto del escritor y periodista Miquel dels Sants Oliver, incluido en el libro en prosa titulado La Ciutat de Mallorques, publicado en 1906. Muy interesante, cuando habla del Molinar. Aquí lo tenéis: «Una de las cosas más interesantes de esta ciudad eran los molinos de viento, allá, siguiendo toda la playa baja de levante, desde la fábrica de gas. Ya iremos otro día. Los molinos formaban legión, en línea desigual, desde la Porta del Camp hasta el Portitxol... Formaban legión, molinedo una y otra vez, con la base cúbica, la torre cilíndrica rematada por una capucha de esparto y la rueda de seis antenas alrededor , de cara al viento... Eran setenta, ochenta; no eran los molinos: eran un molinar, un ejército de molinos. (...) Los molinos eran, son todavía, la nota dominante, que sobresalía y flotaba en la memoria, por años y más años. Quien había pasado un día en Palma se acordaba toda la vida del Puig de Bellver con su castillo, de la línea de muralla, de la Lonja, de la Almudaina o palacio de los Reyes, de la Seu y de aquella tira de molinos extendidos a orillas del mar... Era el perfil de la ciudad reflejándose, completamente, en la bahía. (...) La imagen de los molinos perdura y triunfa, con su torre blanca, de cal vivísima, su caperucita oscura, sus velas rubias, lejos, girando como juguetes de feria...».
-Precioso... ¿pero eso es todo?
-No, no, ¡no he terminado! Continúa Miquel dels Sants con la anécdota protagonizada por el papa Pío IX, llamado Giovanni Maria Mastai Ferretti, cuando navegaba, en su juventud, hacia el año 1823, cerca de Mallorca: «la nave que lo conducía entró, de llegada, esperando algunas hores a que muriera el temporal; los pasajeros no desembarcaron. Y cuentan que cincuenta años después, recibiendo en audiencia a peregrinos y sacerdotes, si los camarlengos le enteraban de la presencia de un mallorquín, el Padre Santo sentía revivir la impresión recibida, tiempo atrás, por el joven Mastai Ferretti, diciendo: «Ebbene, figlio: esistono ancora quelli bianchi mulini?». Y termina Miquel dels Sants: «Aquellos molinitos blancos existen, pero inactivos casi todos. Ahora pasas por ahí y ya no intuyes, allá arriba, el traqueteo de las muelas como un bramido de monstruo, triturando los granos dorados que gotean de la tolva, ni el caer de la harina, olorosa y caliente, en grumos que conservan la presión de los dedos y la invisible cuadrícula de la epidermis (...) La fábrica de harina ha matado a los molinos, ha matado a los hornos».
-Muy bien -aplaude todo el mundo- buena evocación literaria de Oliver y muy tierno el recuerdo que dedica todo un pontífice a nuestros molinos.
-Profesor, antes de continuar, estos molinos debían de servir para sacar agua, como los del Pla de Sant Jordi...
-No, no, en modo alguno. Un nuevo enfado!! Los molinos -por definición- son aparatos o ingenios para moler, básicamente para convertir el trigo en harina. Por tanto, son molinos de viento harineros. Los otros, los que sacan agua, simplemente, tienen el nombre equivocado.
-Vaya... ¿Qué quiere decir?
-Tal y como lo oís, las torres eólicas del Pla de Sant Jordi o de sa Pobla no son molinos... ¿Por qué? ¡Pues porque no muelen!... son bombas extractoras de agua movidas por energía eólica, pero no trituran ni muelen nada. Y, por cierto, los que sí muelen -molían, quiero decir- son los molinos de agua harineros, que son aparatos para moler que se mueven por la fuerza del agua (cerca de una acequia, un torrente, etc). Ah... y también existen los molinos de sangre (‘molins de sang')...
-Molinos de sangre, profesor? ¡Vaya un nombre, suena a algo terrorífico!
-Tranquilos, no os asustéis. Los molinos de sangre son los molinos harineros movidos por energía animal, como un asno o una mula. Una magnífica metáfora o, mejor, una metonimia a la 'mallorquina'.
-Atención, hemos dedicado mucho tiempo al Primer Molinar -¡y todavía no hemos terminado!- y deberíamos hablar también de la zona agrícola del inmediato levante de la Porta del Camp. Resulta que en el mapa de Mallorca del Cardenal Despuig (1785), la demarcación actual del Eixample de Llevant, es decir, del barrio de Foners y de ses Veles aparece como un territorio rural atravesado de noreste a sudeste por el Camí Vell de Llucmajor. Estas tierras formaban parte de la Horta Baixa, como así aparece en el citado mapa. En la zona costera había algunos molinos y los lugares llamados Set-Arenas y Apostolado. El mapa también menciona un oratorio público situado junto al camino de Llucmajor, que puede ser identificado con la Creu de Pedra Marbre. El testimonio del archiduque Luis Salvador, como siempre imprescindible, nos define las diferentes huertas de Palma: «Las fincas de regadío que forman la Horta de Palma occidental, son conocidas como pertenecientes a la Horta d'Amunt, y se riegan con agua de la Font de la Vila. La parte de la huerta que está situada al este de la ciudad, entre la carretera de Inca y el Coll d'en Rabassa, hasta el mar, es la Horta Baixa, denominada Horta d'Abaix y también Horta d'Avall, y es regada con el agua que extraen una serie de norias. En estos pozos, el agua suele encontrarse a 5-6 metros de profundidad. Esparcidas por toda la huerta, existen infinidad de casas. En la Horta Alta casi siempre se trata de casas de buen aspecto y muchas casas de posesión; se encuentran rodeadas, a menudo, de naranjales y árboles frutales. En la Horta Baixa no hay más que las modestas viviendas de los hortelanos, que riegan y cultivan sabrosas judías, alfalfa para el rebaño, cereales, y toda casta de legumbres. Estas casas suelen estar rodeadas de cañaverales y de chumberas. Cerca, está la noria y al lado crecen algunas robustas y altas palmeras que dan un gran encanto al paisaje».
-Entre el mapa del Cardenal Despuig y la explicación del Arxiduc queda claro, profesor, este tema de la Horta Baixa o d'Avall. Pero, ¿realmente, se usaba ese nombre?
-Sí, ya lo creo, siempre antes de la urbanización que supuso la ciudad nueva o Eixample, con el plan de Bernat Calvet, del año 1901. Para no alargarme, sólo aportaré dos documentos. El primero, es un contrato de arrendamiento firmado por el notario Joan Muntaner en el año 1739: «Jo Pere Juan Aguiló, de Pere Juan, lloga sive arrenda a vós Gabriel Capó hortolà i als vostros lo meu hort, i cases de baix situat en la Horta de Avall, devant la Soledat Vella [un antiguo convento de Mínimos, que no se consolidó, situado en la Porta de Sant Antoni], per temps de sis anys, i sis esplets buits o plens…». Un segundo documento data del 23 de junio de 1830; se trata de una cabrevación del rafal denominado Son Ventallol hecha por la Escrivania de Cartes Reials: «Dª Ana Maria Maura... viuda de dn Pedro José Artigues... posehe un rafal llamado Son Ventayol... en el lugar llamado la Orta de Avall... Linda con camino de la Aranjasa, con huerto de dn Ignacio Salva, con huerto de Mateo Capó».
-Pues sí, queda claro que la Horta d'Avall era un topónimo bien vivo,... lo empleaban nuestros bisabuelos.
-¡Más antiguo, diría yo, que vuestros bisabuelos! Oh, vaya... Ha tocado el timbre del final de la clase. En este territorio que explicamos ha quedado pendiente comentar temas tan interesantes como las Torres Llavaneres, el Salaverd, el Camp de Santa Fe y Can Pere Antoni... además de definir los 28 molinos identificados en el Primer Molinar. ¡Aquí «hi ha molta llana per tondre»! Tendrá que ser el próximo día.
-¡Sí, sí, o «mucha tela que cortar»! Hasta la próxima clase.