¡Feliz año, mis queridos lectores! ¿Cuántos de vosotros os levantasteis el día de Año Nuevo y salisteis corriendo a comer unos churros con chocolate? ¡Yo la primera! Los churros, esa deliciosa masa frita que despierta los sentidos con su textura crujiente y su sabor inconfundible son un símbolo de la cultura gastronómica española y latinoamericana. Su origen, aunque es debatido, suele atribuirse a la península ibérica, donde pastores de las montañas, lejos de las panaderías, crearon esta delicia fácil de freír en fogatas al aire libre. Durante los años, la textura y el sabor de los churros han conquistado paladares por todo el mundo. En España, particularmente, cada región aporta su toque único.
Por ejemplo, en Madrid, los churros son más finos y se suelen comer en forma de lazos, mientras que en Andalucía son más gruesos y esponjosos, conocidos como ‘porras'. En Cataluña, se encuentran los xurros' a menudo rellenos de crema o chocolate. Una tradición particularmente entrañable es la de comer churros en la mañana del 1 de enero, acompañados de una taza de chocolate caliente. Esta costumbre, que simboliza el comienzo dulce y cálido del nuevo año, se ha convertido en un ritual para muchas familias y amigos en España. El crujido de los churros sumergidos en chocolate no solo despierta los sentidos, sino que también evoca recuerdos y esperanzas para el año que comienza. Aquí en Mallorca, mis favoritos son de estilo andaluz, en Es Rocío en Santa Ponça.
Para aquellos que deseen traer un pedazo de esta tradición a su hogar, aquí les dejo una receta sencilla para hacer churros caseros. Esta receta, simple pero deliciosa, os permitirá disfrutar de los churros tanto en una fría mañana de enero como en una tarde cualquiera.
Receta. Ingredientes: 1 taza de agua, 1 taza de harina de trigo, 1/4 de cucharadita de sal, 2 cucharadas de aceite de oliva, azúcar al gusto y aceite para freír.
Elaboración: En una olla mediana, hervir el agua con el aceite de oliva y la sal. Una vez hirviendo, retirar del fuego y agregar la harina, removiendo vigorosamente hasta que se forme una masa homogénea. Dejar enfriar la masa durante unos minutos. Calentar el aceite en una sartén profunda. Mientras se calienta el aceite, poner la masa en una manga pastelera con una boquilla en forma de estrella. Presionar la manga sobre la sartén, cortando los churros del tamaño deseado. Freír los churros hasta que estén dorados y crujientes. Retirarlos del aceite y escurrir sobre papel absorbente. Espolvorear con azúcar al gusto.