RE Organic es el interesante proyecto que la familia Mora Cabot lidera desde su casa, en pleno corazón de Sóller. Un proyecto con el leitmotiv del equilibrio ecológico y respeto medioambiental en el que llevan trabajando varias décadas, originariamente en el diseño de instalaciones y tratamientos de aguas, y que en los últimos años han extendido al terreno de la alimentación y la gastronomía por mor de las circunstancias. Caterina, la hija de la familia, especializada en crear espacios sostenibles y naturales, tenía problemas de intolerancias alimenticias y necesitaba dar un giro importante a su vida y a su alimentación. De esa necesidad surge un negocio de productos para personas con problemas similares y fundan RE Organic, minimercado donde se encuentran buenas frutas y verduras y otros productos de esas características.
El último eslabón ha sido la creación de un interesante restaurante, de cuidada cocina a base de ingredientes 100% ecológicos y naturales de temporada, y con un buen chef al mando. La familia propietaria se puso en contacto con Edu Martínez, alma mater del restaurante Brut, de Selva, quien les recomendó a David Tatar, un cocinero argentino muy técnico, que ha conseguido ensamblar un magnífico menú lleno de propuestas y productos que respetan la filosofía sana que preside esta casa. En RE Organic han creado un entorno particular, acogedor, con un jardín interior de reminiscencias japonesas en el que destaca un pequeño estanque donde se mueven confiadas unas carpas de colores de gran tamaño. La carta es amplia, con bastantes propuestas para vegetarianos pero también de carne y pescado, con productos naturales que marcan la identidad de la casa.
Nuestra cena, para cinco personas, fue un buen compendio de la cocina del chef argentino, que mezcla innovación y productos de la tierra: alcachofas confitadas en aceite aromático, con puré de los tallos y chips de las propias alcachofas, sin gluten y vegano (13,5€). Coca de xeixa de berenjena ahumada –que le imprimía un intenso sabor–, con queso de anacardos y almendras tostadas (14,5€). Tartar de pargo con aceite de especias, gelatina de hinojo marino y crumble de sobrasada, perfecta para quienes son intolerantes al gluten (21€). Pata de pulpo marinado con mole negro en dos cocciones y chorizo de pulpo casero, de muy particular sabor. Como contraste, una tarrina de porcella negra cocinada durante 24 horas a baja temperatura, con trocitos de cerdo y puré de boniato picante (21€). El postre fue un mel i mató, helado de leche y miel con gelatina de miel y especias, aire de suero y tarta de requesón (7,5€).
Unos platos interesantes donde juegan un papel importante los vinos, predominantemente naturales y biodinámicos y que responden a los gustos de Bernadette Cabot –propietaria, con su marido, de RE Organic–, que ha cursado el máster de enología en la UIB. Probamos un Aus, vino ancestral de la familia catalana Pujol Busquets; Sa Cabana, un giró ros ligero de la bodega Codolá Bonet de Binissalem; un Forlong 80-20 gaditano, vino de pasto de palomino, de tonos anaranjados por haberse macerado con hollejo de Pedro Ximénez, muy particular. Y como acompañante de la tarrina de porcella negra, un So del Xiper de 2017, de la bodega pollencina Can Vidalet, creación de la enóloga andaluza Elizabeth Fuentes, pareja del cocinero de RE Organic, David Tatar. Gracias a su buen conocimiento de Jerez y Sanlúcar, Elisabeth ha elaborado allí unos originales vinos dulces de crianza oxidativa que ha denominado Port de Cecili (con etiqueta de Joan Bennassar), a base de cabernet sauvignon, merlot y gorgollassa, muy atractivos.
En definitiva, un restaurante particular, interesante, de comida ecológica y sana, y de gastronomía elaborada de alto nivel. Perfecto para una comida diferente.