La alternativa mallorquina a la horchata es el granizado de almendra, una bebida dulce a la vez que refrescante. Este granizado es un clásico entre los residentes de la isla, perfecto para acompañar una ensaimada en la merienda, está unido a los orígenes del fruto en la isla. Generalmente, el granizado se puede encontrar en diferentes cafeterías y heladerías de Mallorca, ya que para su elaboración tan solo se necesita agua, almendra cruda, azúcar, canela en rama y en polvo, limón y hielo. Incluso, en algunos lugares lo ofrecen con la receta original de la horchata valenciana pero cambiando la chufa por la almendra. La única diferencia es que en el granizado, los trozos de almendra son un ingrediente característico, y en la horchata no los encontramos.
¿Cómo hacer granizado de almendra en casa?
Aquí te dejamos la sencilla receta para endulzar las tardes de verano. En primer lugar, pica la almendra cruda sin quitarle la piel. Seguidamente, pondremos un cazo en el fuego con un litro de agua y canela, cuando esté hirviendo añadiremos la almendra durante un minuto. El líquido, lo filtraremos con un colador de tela para evitar que se junte con los restos de almendra. Luego volveremos a hervirlo con otro litro de agua, y volveremos a repetir el procedimiento una vez más. Una vez terminado, añadiremos azúcar y canela al gusto, unas gotitas de limón y directo al frigorífico. Se recomienda servir la bebida muy fría o con hielos.
Lleno de propiedades nutritivas
La almendra de Mallorca, protegida por una Indicación Geográfica desde 2012, es un fruto lleno de propiedades nutritivas. Por ello, el granizado de almendra tiene multitud de beneficios para la salud. Principalmente, aporta una dosis de magnesio, potasio y vitamina E, que son necesarias para el cuerpo. También, variando su elaboración, se puede usar un edulcorante con menos calorías, y conseguir la versión light. En está línea, hay que mencionar que tiene menos calorías que la leche de vaca y la leche sin grasa. Un vaso de la misma contiene alrededor de 70 calorías, en oposición a las 86 que aporta la leche convencional. Por ello, podemos decir que la bebida popular en el levante encaja a la perfección en los parámetros de la dieta mediterránea.