El acúfeno, comúnmente conocido como tinnitus, se caracteriza por la percepción de un sonido sin una fuente externa. Muchas personas experimentan zumbidos, pitidos o rugidos en los oídos de manera ocasional o constante. Esta condición afecta entre el 10% y el 25% de la población adulta y puede interferir significativamente en la calidad de vida.
El tinnitus puede tener múltiples causas, incluyendo la exposición prolongada a ruidos fuertes, infecciones de oído, acumulación de cerumen, efectos secundarios de ciertos medicamentos e incluso problemas en las articulaciones de la mandíbula o hipertensión. En algunos casos, puede estar relacionado con la pérdida de audición o lesiones en la cabeza y el cuello.
¿Por qué ocurre el acúfeno?
Los sonidos que se perciben en el acúfeno pueden variar: pitidos, zumbidos, rugidos o incluso clics. Estos sonidos son generados por el sistema auditivo cuando hay un daño o mal funcionamiento en alguna parte de este. En situaciones de exposición continua a ruidos fuertes, como en conciertos, fábricas o mediante el uso prolongado de auriculares a alto volumen, las células ciliadas del oído pueden dañarse, provocando estas percepciones. Sin embargo, no todos los casos están asociados a daños auditivos, ya que otros factores como infecciones y problemas de circulación también pueden influir.
Opciones de tratamiento y manejo
Si bien el tinnitus no tiene una cura definitiva, existen tratamientos para mitigar sus efectos. Algunos enfoques incluyen el uso de audífonos, que ayudan a enmascarar el ruido, generadores de sonido que emiten sonidos relajantes, y terapias de sonido que entrenan al cerebro para ignorar el ruido. La terapia cognitivo-conductual es otra opción que se ha mostrado efectiva para reducir el impacto emocional del tinnitus, especialmente en aquellos casos en los que la condición está asociada a problemas de ansiedad o estrés.
Controlar el estrés y mantener una rutina de sueño adecuada también puede ser clave para mitigar los síntomas, ya que el estrés puede agravar la percepción de los zumbidos. Técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda pueden ser útiles para reducir la incomodidad asociada.