«Hacer llata ayuda a los jóvenes a desconectar de las pantallas»

Tiene adjudicada una barquera en el Parc de Llevant donde ha iniciado la recogida de la palma que usa en talleres y para confeccionar productos

Yolanda Izquierdo junto a su creación que ahora ya es parte de la colección del Museu de la Llata ubicado en el Castell

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Capdepera dio la campanada este fin de año. Desde el balcón del Ajuntament la presentadora que despidió el 2024 lo hizo al estilo Pedroche con una capa y un vestido confeccionado con palmito, obra de la artesana Yolanda Izquierdo (propietaria de la marca yolitas). Esta confección ahora forma parte del Museu de la Llata, ubicado en el Castell de Capdepera. Un vestido que representa la innovación en la artesanía mallorquina.

Izquierdo le gusta todo lo que rodea el campo y la naturaleza, de manera que ha hecho de su pasión su profesión. Tiene la carta de artesana llatera desde 2021. Y lo tiene muy claro, se implica en todo el proceso desde el primer momento para que cada pieza sea única.

Forma parte de la asociación Art de la Pauma y tiene adjudicada una barquera en el Parc de Llevant donde consigue la materia prima para todo un año.

En junio es cuando se inicia esta recogida. Las montañas del Parc Natural estos días se llenan de gente que, con autorización, se proveen de las palmas que se utilizarán a lo largo de todo el año. Así lo contó: «He ido todos los fines de semana desde las 6 hasta las 9,30 horas a arrancar palmas».    Aunque no tiene una cifra exacta cree que  ha acumulado alrededor de 50 kilos. «He ido    recogiendo todo el material que utilizaré tanto para los talleres que llevó a cabo en mi tienda o en los colegios así como para confeccionar los productos».     

Según explicó se puede efectuar la recolección de la planta como máximo hasta el 16 de agosto. El hecho de que se recoja en junio es porque, según explicó, «los días son más largos, hace calor y se secan más rápido para que se vuelvan bien blancas». Arrancar la palma beneficia a la planta. «La recolección ahora es más fácil que hace unos años. Las primeras veces costaba mucho arrancar la palma, ahora    se desprenden mucho mejor».

Una vez hecha la recolección la palma se deja secar en un porche. «Cuanto menos la toques mejor. Luego se ponen en azufre o tiñen si se quiere dar color».

Yolanda Izquierdo se dedica a promocionar entre los jóvenes este oficio. «Hago talleres para que aprendan a trenzar, a los que últimamente están interesados muchos jóvenes. Hacer llata les ayuda a desconectar de las pantallas». La semana que viene hará un taller en Algaida de 4 días para menores de 40 años.

Este mes de mayo, en el marco del Mercat Medieval donó su creación : una falta y un top confeccionado en palmito. «Una amiga mía quería ser como Pedroche y anunciar el nuevo año con una capa y un vestido lo nunca visto. Así surgió esa idea».

El top está hecho de piezas con un trenzado cuadrado pero a los lados es triangular. «Es un modelo un poco exclusivo que utilizaré en otras piezas».

La llata fue uno de los motores económicos hasta los años 60 y que suponía el sustento de gran parte de las familias.