Joan Sureda (1962) ha vivido el mundo de la payesía y el campo desde que nació y es que su familia ha trabajado toda su vida en su finca de sa Carrotja, en el término municipal de Manacor. Es una finca que ahora explota profesionalmente. «Con apenas 8 o 9 años ya acompañaba a mi padre a los mercados». Sin embargo, Joan tiene también otra pasión, los coches. Por eso se formó en mecánica y automoción y empezó a trabajar en el sector llegando a tener hasta sesenta personas a su cargo como jefe de un taller mecánico. El ritmo frenético que le imponía este trabajo y el no poder pasar tiempo con sus hijos hizo que, tras la crisis de 2008 que afectó al sector del automóvil y aprovechando la jubilación de sus padres, decidiera tomarles el relevo e iniciar una nueva etapa.
Sa Carrotja cuenta con cinco quarterades de producción. Joan cultiva frutas y hortalizas de temporada y desde 2021, tras la pandemia, ofrece el servicio de venta directa en la misma finca además de servir en el mercado de Porto Cristo todos los domingos como ha hecho desde que empezó su actividad agrícola.
«Personalmente, me gusta mucho más el invierno que el verano por lo que hace a cultivo. Hay mucha más variedad». «En invierno tenemos remolacha, acelgas, nabos... y en verano, tomates, calabaza, melón, sandía, pimientos, etc.». Y es que tiene claro que «la gente quiere producto kilómetro cero y recién recogido». El hecho ha posibilitado que la venta directa haya crecido muchísimo en los últimos años: «Ahora ya supera con creces las ventas que hacemos en el mercado», explica.
En este tipo de venta, Joan tiene todo tipo de clientes «vienen muchos extranjeros que con el boca a boca nos han conocido». Además, asegura que «nuestra clientela es muy fiel. Tenemos gente que viene cada semana sin falta y eso es de agradecer, ya que eso significa que les gusta nuestro producto y confían en nosotros».
En cuanto a productos destaca que algunos más exóticos como la kale, el pak choi o los colinabos, que también cultiva, están despertando cada vez más el interés de los clientes que «descubren diferentes maneras de cocinarlos y gustan». Y en cuanto al cambio climático, Joan considera que «nos está afectado mucho en cuanto a que debemos adaptar los calendarios. Hay compañeros que este año han perdido toda la cosecha de tomates por las lluvias. No sabemos a lo que atenernos».
Joan considera que este trabajo le ha dado «mucho más libertad, porqué aunque trabaje muchas más horas puedo hacerlo a mi ritmo y compaginándolo con mi vida privada». Su familia no solo le apoya sino que también le ayuda, especialmente a la hora de las ventas. «La venda directa es una herramienta ideal para explotaciones familiares como lo nuestra», afirma. Sa Carrotja está abierta al público todos los sábados de las 8.00 a las 19.00 horas.