Paseando por fora vila se observan muchos terrenos agrícolas abandonados, asilvestrados o incluso que se van convirtiendo en garriga. Últimamente hay la fiebre de dedicar parte de estos terrenos a ‘sembrar' plantaciones de placas fotovoltaicas, hecho que merma las hectáreas destinadas al cultivo. Con la finalidad de evitar que este terreno al que antaño se le sacaba un aprovechamiento exclusivamente agrícola –la mayoría con la siembra de árboles de secano–, y que ahora está abandonado, la entidad Asaja ha presentado a la Conselleria d'Agricultura una propuesta para que se invierta dinero recaudado con el Impuesto de Turismo Sostenible (la ecotasa) en la recuperación de terrenos de cultivo degradados y reponer los árboles muertos por abandono.
En su escrito, desde Asaja explican que «resulta evidente que los paisajes agrarios tradicionales han ido desapareciendo debido al abandono histórico que se ha producido en el campo balear. Las explotaciones marginales de bajo rendimiento aguantan debido a las líneas tradicionales de ayudas que se establecen en los programas europeos».
La recuperación de estos terrenos degradados resulta importante para conservar la riqueza paisajística y, una vez recuperados, poder acceder a las líneas de ayuda de mantenimiento existentes y así asegurar su sostenibilidad.
Joan Simonet, técnico agrícola y gerente de Asaja, explica que «la recuperación de terrenos abandonados implica la eliminación de ejemplares de plantas y árboles con mala salud vegetal, que son focos de enfermedades tales como las que padecemos actualmente: la Xylella fastidiosa». Una línea potente de ayudas para recuperar cultivos, favorecerá sin duda a combatir la plaga, más que la replantación con especies que siguen siendo susceptibles de volver a tener la enfermedad, ya que la replantación no elimina la bacteria que seguirá a masas forestales o a cultivos abandonados.
El objetivo de esta actuación, explica Simonet, sería «el mantenimiento de la riqueza paisajística, la lucha contra la erosión, la mejora de la infiltración hídrica y una reducción del riesgo de incendios forestales». Asaja propone destinar 1,5 millones de euros de la ecotasa a esta actuación. Una vez recuperados los terrenos para cultivos, se podrían incorporar a las líneas de ayudas existentes y ya con un presupuesto que asegure su viabilidad y mantenimiento a largo plazo, recuperando su función originaria.