El romanticismo cabalga por las calles de Andratx. Al igual que en una película de amor, Pau Suau (Andratx, 1994) se mueve en carro, como si ir tirado por sus caballos ralentizara el tiempo y la llegada de una realidad, a veces, demasiado cruda para el campo. Pasear en carro es para el joven andritxol una afición. «Me gusta que esto no se pierda», comenta. Antes, los caballos eran los mejores aliados de su familia para la obtención y el transporte de la madera. Ahora, la maquinaria ha sustituido a los animales y los negocios del pueblo ya no necesitan la leña que otrora les vendían, pero los de Can Renou conservan su oficio.
Pau Suau encuentra hoy el sustento en el arreglo de pinos y palmeras en fincas y chalets. Cada vez son menos las garrigues que le encargan limpiar. Lo acepta resignado: «Nos hemos especializado en esto porque el campo no da». Pero resiste: el agro «es mi afición y mi trabajo y uno está más contento cuando hace lo que le gusta», dice. Conjugar empleo y placer es uno de esos objetivos que cualquiera persigue en algún momento. Y Pau Suau, que se define como «una persona que ha nacido en el mundo del campo», sabía que su día a día no le obligaría a la corbata. El joven lamenta que «desde hace unos 50 años» la rentabilidad del sector primario haya «ido a menos» y justifica así que los jóvenes prefieran buscar mayor seguridad económica en otros ámbitos.
Pau Suau no duda en señalar a la Administración como responsable del declive. «El Govern no ayuda a la gente que quiere emprender en el sector», señala. Y añade: «Hoy en día todo está lleno de trabas. A quien quiere dedicarse al campo lo único que le ponen son zancadillas». Lo mismo sucede, critica, con el acceso a las subvenciones, aunque reconoce que nunca las ha solicitado. En el puñado de cuarteradas que tiene, Pau de Can Renou tiene una veintena de ovejas y cultiva algunos productos. No las quiere para sí mismo, pero sí considera que los pequeños productores deberían poder optar a más ayudas para que no sobrevivan únicamente aquellos que superan el centenar de cabezas de ganado. En caso contrario, alerta, ve el futuro magre. También agradecería más apoyo para recuperar los usos tradicionales de la leña y así impulsar su oficio.
«No deixar el camí vell pel novell» es una de las máximas por las que se guía Pau Suau. De ahí que mantenga los lazos con los caballos y los carros, cuyos tipos enumera uno a uno. El andritxol lleva su pasión a las fiestas y calles del pueblo, pero lamenta que «ya nadie conoce lo que es un animal, ni siquiera gente que habla de bienestar animal». El joven andritxol Pau Suau se queja de que ahora se haya prohibido la circulación de los carros con ruedas de hierro «cuando hace más daño un tráiler». La explicación la tiene clara: «Antes había más caballos que coches y ahora hay más coches que caballos».