Carlos Constantino Mas (Sóller, 1944) es médico especialista en aparato digestivo y naturalista especializado en setas y hongos, una afición que comenzó cuando estudiaba en Barcelona. «Cuando salía al monte con otros amigos mallorquines y encontrábamos rovellons, que son muy parecidos a los esclata-sangs, enseguida noté que eran muy diferentes a los mallorquines y empecé a buscar información y fue el detonante de mi interés por los hongos y las setas, a los que después me he dedicado como especialización naturalista», explica Constantino.
En este sentido recuerda que en el pasado siglo «no existía en Balears ninguna cultura popular relacionada con los hongos. Por supuesto que la gente conocía las tres o cuatro especies comestibles más comunes, pero no había un conocimiento popular extendido como pasaba en Catalunya o en el País Vasco, donde hay una extensa y antigua tradición micológica». En 1975, Constantino conoció a Josep Siquier, de Inca, también un gran aficionado a los hongos, y hoy en día un gran especialista, y empezaron sus colaboraciones y labor divulgativa. «En los años 80 comenzamos a realizar exposiciones de hongos y a partir de la fundación del Museo de Ciencias Naturales de Sóller, empezamos a organizar cursos de identificación, que estaban entre los primeros de España. Creo que esto ha influido en que hoy en día exista en Balears mucho mayor interés por las setas».
Aparte de esta labor divulgativa, Constantino explica que «también ha aumentado el interés científico por los hongos de Balears, y hay un grupo de investigadores que se dedican a ello» y cita el «excelente trabajo» de otros especialistas locales como Joan Carles Salom, Joan Planas, su hija Carol Constantino o Guillem Mir, entre otros.
«Esto se ha traducido en un amplio conocimiento de la flora micológica de Balears, donde actualmente se conocen más de 2.000 especies, un catálogo que no hace más que crecer con nuevos descubrimientos, sobre todo desde que se aplican técnicas de biología molecular para distinguir especies aparentemente idénticas o al contrario identificar como una única especie algunas que se creían distintas». En el aspecto más divulgativo un punto de inflexión fue la publicación del libro Els bolets de les Illes Balears del que son autores Constantino y Siquier y que ya va por la tercera edición.
«En otoño de 1996 se publicó la primera edición y por la Navidad del mismo año fue el libro más vendido en Mallorca, y se sigue vendiendo, aunque ahora también hay una guía muy buena de las setas de Menorca». Aun así aclara que «la identificación de setas es cuestión de mucha experiencia y no siempre basta con mirar las fotos de una guía por muy buena que sea».
También considera que desde que empezó esta afición «las setas han cobrado una gran importancia en la gastronomía, aunque muchas veces los chefs tienen que recurrir a su importación».