¿Se puede cultivar el pistacho en Mallorca? Julián Guerrero, asesor de explotaciones agrícolas en la zona de Castilla-La Mancha ha realizado un curso organizado por la Associació de Productors d'Agricultura Ecològica de Mallorca (APAEMA), para explicar a agricultores interesados los pros y contras que tendría la implantación de este cultivo en las Baleares.
Como antecedentes, cabe mencionar que hace unos 20 años la Conselleria d'Agricultura hizo una experimentación para tantear las posibilidades que había como alternativa a los cultivos típicos de secano, pero el resultado no fue favorable y no se habló más del tema. Ahora, APAEMA quiere plantearlo de nuevo.
El pistacho es un tipo de árbol que requiere mucho frío en invierno y mucho calor en verano, que es el clima habitual del centro de la Península. En Mallorca tenemos el calor necesario para que el pistacho fruto se abra, pero no hace suficiente frío. Técnicamente, todos los árboles frutales necesitan acumular unas horas mínimas de frío para florecer correctamente (por debajo de los 7 grados). Por ejemplo, para un almendro pueden rondar las 400 horas y un olivo unas 100; pero el pistacho necesita entre 800 y 1.000 horas. Se consigue alcanzar esta temperatura en la Serra de Tramuntana, y en algunos puntos del Pla, como en Porreres, pero sólo en años puntuales. Por este motivo queda descartado el cultivo en Menorca y las Pitiüses
Según Julián Guerrero «el árbol crece, vegeta y se expandirá lo grande que queramos, pero si no consigue las horas de frío necesarias no hará la flor que es lo que se convierte en pistacho, y si florece, la tirará». «Otro problema de la Isla –explica– es la humedad del verano; este árbol la prefiere baja, por debajo del 60 %. Si está por encima puede facilitar que coja enfermedades».
Guerrero ha explicado que el pistacho es de la familia de la Pistacia. En Mallorca la más extendida es la Pistacia lentiscus, conocida popularmente como ‘mata'. De hecho, comentó que «se puede injertar pistacho sobre mata, pero sería un árbol de baja estatura y no es interesante a no ser por motivos concretos, pero puede arraigar sin problemas».
En la zona de Castilla-La Mancha este cultivo está en plena expansión y han proliferado los viveros. Pero, debido a la demanda algunos de los que se venden no son muy buena calidad y, además, el precio ha experimentado un aumento, vendiéndose a unos 13 euros la unidad injertada.
Julián Guerrero incide en que es un árbol que no tolera las heladas tardías, de abril y mayo. «Prefiere tierras con fácil drenaje (que el agua no se estanque), no muy arcillosas, preferentemente gravosas, y para la siembra el hoyo que sea hondo al tener una raíz pivotante que se adentra con facilidad». Es muy resistente a la sequía.
Es un árbol que se puede producir en ecológico, y si hay una buena añada puede ser rentable. Aunque a priori se trata de un cultivo con demasiadas limitaciones en la Isla, si alguien está interesado en conocer más detalles o experimentar con el pistacho, puede ponerse en contacto con los técnicos de APAEMA.